Carta de presentación sin ser presentada.

Hola, ¿cómo están?, esto se me hará muy difícil, así que de ante mano les pido disculpas si esta presentación no los satisface. Nunca he sido muy buena haciendo introducciones sobre mí misma, sin embargo, siempre me he preguntado cómo hacen las personas a las cuales presentarse y hablar de sus cualidades se les hace tan natural, ¿no les pasa? Quizá sea esa pequeña proporción de seres humanos a los cuales las presentaciones se les dificultan, quizá no.

Supongo que debo empezar por mi nombre; a ustedes me presentaré como ''Su'', quizá muchos se vayan a preguntar si este es mi verdadero nombre ya que probablemente nunca hayan oído escuchar un nombre como tal –debo admitir que ni yo misma lo he escuchado o he sabido de alguien que se llame así– pues no, este no es mi nombre real; ''Su'' nació de la necesidad de utilizar una identidad aparte de mi verdadera naturaleza para que empezaran a brotar cada uno de los versos (sí, a veces me la tiro de poeta) historias, ideas e incluso opiniones que tengo para ofrecerles, aquellos que guardaba en una caja en mi memoria; palabras que, quise expresarlas pero por el temor a ser menospreciada nunca fueron escuchadas.

Nace del deseo de experimentar sentimientos, vivencias, incluso pasajes que jamás pasaron en mi vida, pero en ese mundo ''ese pequeño universo de Su'' pasan, evolucionan y se reproducen. Soy de Venezuela –y sí, del país cuya economía y política actualmente representan un asco y, en mi opinión personal, una vergüenza mundial, pero ese tema lo dejaremos para otro momento– y actualmente me encuentro estudiando en la universidad. También debo mencionarles mi edad, algo de lo que absurdamente las mujeres no tendemos a mencionar, pero yo no tengo problema en expresar los años que me pesan ¡Y los que me toca por vivir!, tengo 22 años y nací en un seno familiar de tres hijos, siendo yo la ‘’desgraciada’’ del medio; y eso de ‘’desgraciada’’ me causa un poco de risa porque a diferencia de otras personas que suelen ser ''los desgraciados del medio'', a los cuales todas las teorías de que este es siempre el que menos recibe, yo fui todo lo contrario a mis hermanos; he sido la más consentida y malcriada de los tres. Siendo yo, quizá, una de las pocas excepciones. Ahora es aquí donde se me dificulta la cosa ¿qué me gusta hacer? Bueno, supongo que disfruto escribir, crear conexiones a través de las palabras, escuchar palabras ajenas y que las mías sean escuchadas; inspirarme en las imágenes que muchos de ustedes y yo hemos recreado en algún momento de nuestra ínfima existencia: esta ínfima porción del yo que creemos conocer y del yo que creemos inexistente.

''Dice estar vacío, seco y extenuado. Ni un latido ni una gota de sangre. –¿Quién te encerró allí?– pregunto. –Nadie– responde. Áspero, pensé''.

También me gusta leer y hacer actividades de abuelitas como coser, tejer y ver programas de cocina; mi padre suele decirme que quizá nací en la época equivocada o simplemente nací con una perspicacia antaña, algo que yo considero totalmente equívoco ya que mi forma de pensar no es tan añejada o, al menos, tiene carencia de madurez en muchos aspectos.

Bueno, ya en este punto es cuando entro en mi laguna mental de presentaciones, se los dije, no soy buena en estas cosas, probablemente muchos dirán ‘’oye, tan complicado no lo es’’ o ‘’simplemente habla de lo que te gusta hacer o en lo que eres buena’’, ese es el pequeño detalle, algunas personas no sabemos en qué somos buenos y, al momento de describir nuestros gustos y prioridades, es allí cuando nuestros ‘’yo’’ internos se tornan como una imagen irreconocible a nuestros ojos, nuestros sentidos y nuestras almas y, en ese momento de infinita duda, nuestras mentes colapsan, luego la efusiva interrogante del ‘’¿Quién soy?’’ abarca todas nuestros pensamientos sin una respuesta aparente o, mejor dicho, inmediata. En fin, espero no haberlos aburrido con esta introducción que quizá no les haya dado tanto material para conocerme, pero les prometo que mientras se me vayan ocurriendo cosas sobre mí se las iré publicando y haciéndoselas saber, por ahora, sigo sumergida en mi lago subrepticio del ¿quién soy? o ¿quién debería ser? ¡Vamos, apuesto que también les ha pasado!