Tras el cuarto caos... (VII)
Al cabo de unos minutos, Mile se levantó de su cama, se dirigió hacia la puerta y comprobó que estaba bloqueada, se encontraban en aquella habitación encerrados, cosa que no le gustó nada, parecía como si se hubiesen convertido en prisioneros de aquellas personas. Retrocedió y se sentó de nuevo en su cama.
Al momento apareció de nuevo Lucas en la habitación, acompañado de dos personas armadas que parecían llevar la seguridad de las instalaciones y comenzó a hablar dirigiéndose a todo el grupo:
¡Hola de nuevo!, perdonad la espera. Me gustaría que todos pudiésemos llevarnos bien, es por ello por lo que es muy importante que cumpláis todas nuestras normas, el que se salte una sola de ellas será eliminado, es imprescindible funcionar de esa manera si queremos poder seguir viviendo en estas instalaciones de forma segura…
¿Pero somos prisioneros? ¿Por qué estamos aquí encerrados? -preguntó Mile algo contrariada por la situación.
No, no sois prisioneros de nadie pero tampoco os puedo dejar que vayáis a cualquier lugar, todos los ciudadanos ahora son controlados para evitar altercados desagradables, espero que lo entendáis.
Mile no lo entendió, siguió pensando que parecían más prisioneros que cualquier otra cosa y comenzó a plantearse si realmente ir allí había sido una buena solución o estaba yendo de mal en peor. De momento sólo era una sospecha pero quería seguir conociendo aquel lugar, creía que había algo raro que les estaban ocultando y debía descubrir qué es lo que era.
El resto de ancianos no parecían dudar tanto como Mile, estaba cada uno en su cama descansando y era lo único que les importaba en aquel momento, después de días vagando por el duro desierto aquello era un lugar paradisíaco para ellos, un lugar en el que poder comenzar desde cero una vez más.
- Aquí en este panel podéis leer las normas de éste lugar, quiero que las leáis y las cumpláis –dijo señalando un panel cerca de la puerta de salida-. Mañana se os asignará vuestro trabajo y comenzaréis a las 8 de la mañana, estad preparados.
Lucas dejó de hablar, hizo un gesto a los dos hombres armados y se fueron los tres de la habitación volviendo a bloquear la puerta de salida.
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