Equilibrada alienación III.
Tengo la vista nublada, apenas puedo abrir los ojos. ¿Qué está pasando ahora? No recuerdo qué hago aquí, ni siquiera reconozco este lugar. ¿Dónde coño estoy?
Otra vez más desorientado, una vez más perdí el sentido, no recuerdo ya ni las veces que me ha sucedido lo mismo, en una de estas no despierto…
Lo último que recuerdo es estar comprando en el supermercado, y al inútil ese, al innombrable.
Fuente
Está todo muy oscuro, sólo veo destellos, las luces me ciegan, apenas me permiten abrir los ojos, me duelen las piernas, apenas puedo caminar. Tal vez tengan razón ellos, los zombies, soy un despojo social, mi vida está inmersa en una espiral de la que ya no puedo escapar. Me gusta mi vida pero no puedo sobrellevarla.
Sigo cegado, mis ojos no se recuperan, quizás me han echado algo… ¿Un espray de pimienta? Camino pero no sé por dónde voy, no sé hacia dónde me dirijo, no sé donde caerme muerto… Necesito ayuda pero también sé que nadie va a mover un solo dedo por mí, nadie quiere saber de mí, nadie me necesita. Yo no sé si realmente los necesito, pero si sé que no quiero necesitarlos.
-¡No os necesito! ¡No os quiero cerca! Alejaos de mí, no me toquéis, cambiad de acera, actuad como si no existiera. ¡Os podéis ir a tomar por culo!
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