Corrían los primeros años de la década de los 80, y tenía pocos meses viviendo en Caracas, a donde me había trasladado con la finalidad de cursar estudios de ingeniería civil en la universidad. Un fin de semana, acudí al cine en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco, comúnmente conocido por sus siglas CCCT, en compañía de unos pocos amigos de la residencia estudiantil donde nos encontrábamos hospedados. En aquel tiempo se llevaba a cabo un festival de la Metro Goldwyn Mater MGM, donde se estaban proyectando algunos filmes memorables de esta reconocida productora cinematográfica estadounidense.

La película seleccionada, no recuerdo la razón y si lo fue de forma unánime o por el contrario, como se dice en el argot boxístico, una decisión dividida; fue Cuando el destino nos alcance, una obra del año 1973, protagonizada por los actores Charlton Heston, Edward G. Robinson, Leigh Taylor-Young y Chuck Connors, entre otros.

La trama se desarrolla en la ciudad de Nueva York, en un apocalíptico año 2022. La explosión demográfica, la contaminación, el calentamiento global y el agotamiento de los recursos naturales, han convertido al mundo en una verdadera catástrofe. Millones de personas se encuentran hacinadas en las calles y edificaciones de una parte de la ciudad, donde sus habitantes, en su gran mayoría desempleados, hacen largas colas para recibir del gobierno su ración de alimentos, representadas en tabletas de color amarillo y rojo elaboradas de algas marinas, conocidas como soylent por ser el nombre de la empresa fabricante. Por otra parte, una minoría privilegiada, integrada en su gran mayoría por funcionarios y empresarios ligados al gobierno de turno, vive en apartamentos de lujo y con acceso a alimentos y beneficios de toda índole, prácticamente desconocidos por el resto de la sociedad. Incluso, para este reducido grupo de personas, las mujeres son parte del mobiliario de las viviendas que habitan.

El personaje interpretado por Charlton Heston, es un detective de la policía neoyorquina que es llamado a investigar el asesinato de un alto directivo de la empresa Soylent que recientemente había comenzado a elaborar y comercializar un nuevo producto alimenticio conocido como soylent verde, y el cual, de acuerdo a la publicidad, estaría basado en plancton marino. El detective Robert Thorn, que es el nombre del personaje de Heston, vive con un amigo, un anciano quien fuese profesor, y que se desempeñaba como ayudante del detective. Durante el transcurso de la investigación, el anciano hace un espantoso descubrimiento que lo lleva a la decisión de acabar con su propia vida, para lo cual acude a un centro de eutanasia llamado el hogar, un sitio en donde la gente acudía voluntariamente y por espacio de 20 minutos antes de morir, disfrutaban de música y escenas hermosas, en las cuales se ve el mundo como era antes del desastre ecológico. En las escenas finales del film, el anciano poco antes de morir, le confiesa a su amigo detective, el verdadero origen de las proteínas con las que se elabora el soylent verde y el cual no corresponde a plancton marino... sino a cadáveres humanos.

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