"En América Latina, la frontera entre el fútbol y la política es tan tenue que resulta casi imperceptible"
Ryszard Kapuscinski

Aún cuando el origen de la escalada bélica entre ambos países, no pueda atribuirse a la rivalidad deportiva, sino que se remonta a algunos meses atrás, cuando el presidente hondureño de la época, Osvaldo Pérez Arellano, ante el temor de un estallido social como consecuencia de las condiciones políticas y económicas existentes, decide llevar a cabo una reforma agraria con la finalidad de expropiar tierras a los campesinos salvadoreños que durante la década habían cruzado la frontera, para trabajar como jornaleros en las plantaciones bananeras y establecer negocios en Honduras. Surge así, una organización paramilitar denominada la Mancha Brava para atemorizar a los mas de 300.000 salvadoreños que se encontraban del otro lado de la frontera, agudizando las tensiones entre ambos países. Como consecuencia, miles de campesinos salvadoreños se vieron forzados a regresar a su país de origen, situación que tanto políticos como medios de comunicación, aprovecharon para fomentar un odio mutuo, que se desbordaría durante los tres accidentados partidos celebrados entre ambos países, para alcanzar un puesto en México 1970. El partido de ida se celebraría el 8 de junio de 1969 en Tegucigalpa, con victoria de los locales por la mínima diferencia. Una semana después, los salvadoreños se alzaron con la victoria 3-0 en su suelo, ambos partidos realizados en medio de fuertes disturbios y actos vandálicos, que pusieron en peligro la integridad física de los jugadores.

Fuente