Bitcoin: del auge a la caída – parte III

En la segunda parte de esta publicación hablamos sobre los paradigmas de un sistema, y la centralización y descentralización como dos modelos de organización social. Enseguida hablaremos sobre la propuesta radical de Bitcoin y la cadena de bloques en cuanto a la autonomía y la libertad.

Tanto la centralización como la descentralización tienen que ver con la forma de organizar el poder en una sociedad. La centralización luce como una pirámide, es un sistema jerárquico de poder muy eficiente porque permite que un reducido número de personas tomen e impongan las decisiones en nombre de millones de personas. La gran falla de un sistema centralizado es que a medida que crece se vuelve más corrupto. El poder en la pirámide se concentra en su ápice, mientras más alta es la pirámide, la concentración de poder es más grande y también lo es la corrupción.

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¿Cuál es la verdad en un sistema piramidal? ¿Qué se debe hacer? Lo que diga el sujeto que está en el ápice de la pirámide. ¿Qué clase de personas son las que buscan estas posiciones de poder? Los megalómanos, los narcisistas, los psicópatas, quienes bajo un disfraz de liderazgo eficiente construyen enormes redes de corrupción y abuso de poder.

Sistemas descentralizados o distribuidos

En un sistema distribuido cada persona es igual, no existe un pináculo de poder. El problema de estos sistemas es que no pueden escalar y, al mismo tiempo, seguir tomando decisiones eficientemente. Sin embargo, aquí es donde interviene la tecnología, hoy se puede lograr el escalamiento de estos sistemas y hacer que la toma de decisiones sea eficiente. La esencia de un sistema descentralizado no es ser más eficiente que uno centralizado, es dar más libertad, autonomía, independencia, empoderamiento a sus usuarios. Eventualmente es necesario sacrificar la toma rápida de decisiones en beneficio del consenso generalizado.

La centralización y la descentralización no son un estado binario, dicho de otro modo, no son estados absolutos. La mayoría de veces hablamos de términos medios, pero cuando se trata del balance de poder es una cuestión trascendental porque determina como este se distribuye y evoluciona en la sociedad.

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Estamos siendo testigos del desarrollo de una nueva forma de organizar la sociedad. Bitcoin nos está dando la oportunidad de cambiar el balance de poder.

La historia del estadio

Si se tiene un sistema de poder centralizado, debe haber un 100 % de control. Un poco de descentralización arruina el sistema. Imaginemos que va a haber un partido de fútbol en un estadio que tiene 50 puertas. El organizador debe aplicar un sistema centralizado de control con el fin de asegurarse de que todos los asistentes paguen por su boleto de ingreso. ¿De las 50 puertas, cuántas deben estar controladas? Si solo se controla 49 puertas, las personas se darán cuenta de que existe una por la que puede entran sin pagar. Trasladando este ejemplo a un sistema monetario centralizado, ¿cuántas puertas podrías dejar abiertas para que la gente salga? Bitcoin es una de esas puertas.

Agujeros en la represa

La centralización y descentralización no son arquitecturas similares. Si se descentralizada mínimamente un sistema de control centralizado, el control se evapora. Una gran represa que contiene millones de metros cúbicos de agua debe tener una integridad estructural del 100 %, si esa integridad se reduce al 99 % estamos en problemas porque la estructura puede colapsar. Bitcoin representa un hoyo en la represa.

Los dos ejemplo anteriores fueron tomados de «The Internet of Money, Volume II» de Andreas Antonopoulos.

Los sistema centralizados a pesar de su poder, son frágiles por naturaleza, por esta razón deben depender de puntos de control que, paradójicamente, son blancos fáciles de ataque. Por esta razón, los sistemas centralizados de poder deben atacar, perseguir, censurar, secuestrar, asesinar. ¿Qué pasa cuando alguien ofende al poder?

Descentralización, un modelo de libertad

En 1997 el libro «The Sovereign Individual» tuvo el acierto de pronosticar la aparición de las criptomonedas como una manera de trasladar la riqueza de la gente a un lugar donde no pueda estar a disposición de los Estados, cuestión que se detalla en uno de los pasajes de la obra:

«La aparición de “cibermonedas” controladas por algoritmos matemáticos que no tienen jurisdicción, permitirá trasladar la riqueza de los ciudadanos a un entorno donde no está sujeta a la coacción de los gobiernos. Solo los pobres serán víctimas de la inflación y deflación ocasionadas por las monedas fiduciarias». – James Dale Davidson, William Rees-Mogg

Bitcoin ha creado un sistema descentralizado de poder, una arquitectura de libertad que nos va a permitir transformar las instituciones sociales. No se trata únicamente de una cuestión monetaria y de pagos, debemos entender que tenemos la oportunidad de cambiar los mecanismos de organización social en favor de sistemas igualitarios, autónomos, independientes, esperanzadores.

Bitcoin no es del agrado de los que pretenden mantener el paradigma del poder centralizado.

Juan Francisco Bolaños
@criptoEstratega

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