Mi dulce condena... parte 6. FINAL.
Y entre ser y no, preferimos serlo; Esta vez como amantes sintiendo la sensación de un desastre caer sobre mí y seguir adelante, me veo muerta sin vida en los ojos y todo lo que veo reflejado es su bello rostro, con la vida de lado golpeándome con todo y sin embargo seguir intentando, un mal necesario eso era él y yo, un bien queriendo ser un mal para morir en su labios, sus caricias...sus abrazos.
Continuación...
Salí a su lado casi que por inercia y el solo miraba al frente como si no importase nada, me llevo a su automóvil abrió la puerta de copiloto para que entrase , lo seguí con la mirada mientras el procedía a entrar, con mi respiración acelerada de compañera, era imposible no sentirme emocionada ante lo que sucedía siempre tan impredecible y único tal cual le recordaba, jamás lo vi tan apuesto como ese día, entro encendió el auto colocando una mano al volante mientras la otra se dirigió a la mía sintiendo su mano tersa, fuerte y sutil a la vez, miro abajo y luego a mis ojos y mis labios acercándose dándome un beso diciéndome suave muy cerquita que no esperaba verme pero si lo anhelaba ocasionando un explosión de sentimientos y deseos hacia él, no quise decir palabra alguna mi expresión lo decía todo, lo bese mordiendo sus labios diciéndole vámonos de aquí, sin titubear arranco el auto muy rápido mientras colocaba su mano libre en mi muslo suave descubierto por mi vestido, quizás podía parecer muy atrevido de mi parte pero justo en ese instante... no importaba nada más, cansada de siempre dejarme guiar por mis pensamientos, viviendo un momento que tal vez era fugas, un momento que hace tiempo congele en mi mente.
Metió su mano dentro de mi vestido tocando en medio de mis pierna hasta llegar a mis partes rozando la divinidad de mi sexo, abrí mis piernas para que me tocase mejor mientras le miraba con deseo mordiendo mis labios, deleitando su rostro y su mirada que solo demostraban tanta excitación como la mía o mucho más, mientras yo tocaba mis senos estremecida por sus caricias, me jalo la panti y la hizo de lado, para meter sus dedos dentro de mi vagina sintiendo lo mojada de placer que estaba a causa de él, que rico se sentía sus dedos entrar y salir en mi vagina tocando mi clítoris mientras dejaba relucir mis gemidos. Estaciono el auto de repente, los vidrios eran lo suficientemente oscuros para poder hacer lo que quisiéramos, sin importar nada me cargo hacia él con un beso intenso tomándome fuerte de las nalgas y mi cintura, cada caricia estremecía todo mi ser, no pensaba, solo sentía placer de todo, placer de él, no fue necesario cruzar palabras.
Descubrio mis senos y comenzo a pasar su lengua por mis pezones con un pequeño beso sujetando mi cabello, yo me dedique a desabrochar su pantalón para dejar su miembro libre solo para mí, cuando de repente caí en cuenta de las voces de las persona fuera ignorando lo que pasaba en aquel auto... intente bajarme de encima de él, cuando me sujeto con más fuerza y autoridad diciéndome NO, sigue, estaba tan húmeda, me sentó de golpe y me penetro tan suave y fuerte a la vez que sensación divina la que sentía yo con toda aquella mezcla de angustia, excitada, mojada, exaltada no pude evitar reírme con picarda mientras lo hacía, me encantaba, su lengua en mis pezones, su pene en mi vagina y sus manos en mi cuerpo con fuerza para que no me fuera, eso, añadiéndole la gente pasar hablando obviando toda la pasión que desbordaba dentro de ese auto. Mis ganas pudieron más que mi miedo, quería sentir toda aquella experiencia esa que nos guardamos solo para nosotros, la quería... y la sentía, ver su cara de placer y excitación, sentir sus besos alocados junto a los míos, mientras nos dábamos toda esa pasión guardada al va y ven de nuestros cuerpos, mordiéndonos, apretándonos tan salvajemente como si solo existiríamos nosotros y la gente solo fuese un adorno más del momento, bajo el asiento hacia atrás para esta vez ponerme de espalda sentada en él, no pude evitar no ser sumisa a sus deseos, me volvia loca verlo con la mirada puesta en mí cuerpo, empezó a besar mi espalda sintiendo su aliente caliente y la punta de su lengua recorrer mis hombros con sus manos apretando mi trasero mientras yo movía bajando y subiendo mi vagina variando entre rápido y lento, haciéndole movimientos suaves y bruscos en su pene sintiendo toda su hombría dentro de mí poniéndose más duro con cada movimiento explotando de placer escuchando sus gemidos solo para mí como música embriagante de placer a mis oídos, de repente halo mi pelo llevando mi cabeza hacia atrás tomando mi cuello con tanta firmeza, puse mi cara de lado para que observara el placer que ocasionaba y mirase mis labios abiertos gimiendo solo para él, juro que esa autoridad me volvió más loca aún, me traslado a otro mundo... a otro espacio. Así se siente tener un hombre dentro, así se siente vivir, hacer lo que nos plazca, así dos amantes se hicieron el amor una y muchas veces, entregándose a los deseos de ambos, sin importar qué, ni como...llego a mi vida para quedarse, lo disfrutamos y eso... es lo que vale, mi dulce condena o nuestra.
Fin
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DILE NO AL PLAGIO DE CONTENIDO.
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