Muchas veces cuento con la figura oral, entonces las palabras son tejidas por las manos de mi voz, En forma de cuentos, de poemas, de gestos, de miradas.

Otras veces cierro los ojos, y cuando los abro tengo frente a mí un pedazo de madera, entonces los regalos de mis sueños, navegan en la madera, con el mazo y el formón.

Muchas veces esas imágenes que me regalan los dioses, las contamos entre varios, volando en las tablas mágicas. Pero casi siempre, todo mi mundo interior quiere vivir en el papel, me cuentan cosas al oído, que yo trato de contar, pero que casi nunca sé cómo hacerlo, entonces lloro, descanso un rato y luego vuelvo, y así, poco a poco, voy contando mis cuentos, que no son exactamente los que me cuentan las palabras, pero se parecen un poco, y ustedes, mis amigos, me regalan, el privilegio de su visita, así caminamos juntos, ustedes, las palabras y yo.

El día en que ya no cuente más, ni con la voz, ni con la madera, ni en las tablas, ni en el papel, todas mis historias contadas, vendrán juntas a despedirme.