Amigo quedé sin aliento corriendo detrás de un zapato para devolverte aunque sea un poquito de calor en un pie. No lo alcancé y rompí a llorar; al igual que tu personaje ficticio necesitaba llorar.
Un conmovedor relato de una cruel agonía que se padece hoy en Venezuela.
Gracias por tu sensibilidad de ver, escribir, prosear (se podrá utilizar esta palabra así?) y transmitir a través de tantas imágenes una Venezuela y su mundo Universitario que agonizan.
Un fuerte abrazo @oacevedo
Gracias, marcybetancourt, por acompañar en su pena a este profesor ficticio que, por millones, anda triste por la actual situación de la universidad y va cojeando su pobreza por los terminales en sombra de Venezuela.
También te abrazo, mi buena y querida amiga.