Ulog # 014| Haciendo el trabajo sucio
Haciendo el trabajo sucio
Saludos, estimada gente de Steemit y uloggers hispanos,
Antier, después de resignarnos que teníamos que esperar hasta el lunes para buscar atención médica para mi esposa (los fines de semana aparentemente son ahora oficialmente días de tu-no-te-puedes-enfermar en Venezuela), decidí aceptar la invitación de un vecino para hacer algo por nuestra comunidad. En un país donde el caos es rey y el gobierno controla cada movimiento de las personas (para censurar y reprimir su activismo político), pero no puede hacer algo tan básico como recoger la basura (que decir reparar la inundación de aguas negras en la que hemos estado "nadando" por años), los ciudadanos deben hacer su parte.
Crecí en un pueblo pequeño, criado por padres que me enseñaron que ningún trabajo estaba por debajo de tu dignidad. Cualquier trabajo manual era tan digno (o indigno) como uno lo hiciera ser
Me mudé a la Calle Sarmiento hace unos 5 años y de inmediato note algunas cosas: 1) Aunque era una calle céntrica, la recolección de basura funcionaba irregularmente (ahora simplemente no funciona). 2) La gente de la zona, para ponerlo en términos populares, “era cochina”. 3) Los vecinos no eran muy unidos que digamos o dados a participar de esfuerzos para resolver problemas locales. 4) Ignoradas por el gobierno local, las aguas de cloacas estaban desbordadas, lo cual (aparte de la fetidez y riesgo a la salud) favorecía el crecimiento de maleza a lo largo de aceras y cunetas.
Así que decidí hacer mi parte, por lo menos en “mi” frente (a decir verdad, la casa no es mía; es de la familia de mi suegra). Cuando el cemento era todavía accesible, yo “malgasté” (o así les pareció a algunos vecinos entonces) medio saco cubriendo las grietas a lo largo de la acera y la cuneta de manera que no creciera maleza por ahí. Sucede que las casas a nuestra derecha e izquierda están de alguna manera abandonadas (la de la derecha en su totalidad, su dueño murió y sus parientes no volvieron a habitarla); la de la izquierda está habitada por un alma en pena que ha sufrido varios ACV y ni siquiera puede caminar solo. Así que
terminé haciendo lo que hacía mi padre cuando estaba vivo. Soy responsable por la limpieza de tres “porches”.
Con el tiempo, la idea caló y a otro vecino le pareció provechoso que hiciéramos lo que el resto de la calle pensó era trabajo del gobierno. Me invitó a limpiar un poco esperando que otros vecinos se motivaran. Lo hicimos bajo un sol inclemente un domingo hace algunos meses. Funcionó. La gente empezó a salir de sus casas y a unirse a la jornada. Algunas mujeres prepararon café, lo cual es un lujo ahora.
[Source]
En otros tiempos, habríamos podido hacer una parrilla y comprar cervezas. Ahora nos conformamos con café y agua.
Y así fue como repetimos la experiencia este domingo pasado. La calle estaba asquerosa. Cantidades obscenas de sedimentos y desperdicios de todo tipo acumulados en la cuneta. Hace casi un mes que no pasan recogiendo la basura. La gente la ha ido acumulando en las esquinas, los perros y los indigentes la riegan, etc. (un círculo vicioso aparentemente interminable). No podemos hacer nada respecto a las aguas negras desbordadas. La compañía a cargo ha visitado varias veces. Dicen que no pueden repararlo (ya sea por falta de equipos adecuados o personal).
Más personas se unieron esta vez. La pasamos bien. Sentí que por ese momento, por lo menos en nuestra calle, teníamos algo de control. Podíamos decidir cómo queríamos vivir, cómo queríamos que luciera nuestra calle, y coincidimos en que queríamos que luciera lo mejor posible y teníamos que ser constantes si queríamos mantenerla limpia.
Fue otro domingo soleado, y no estábamos manipulando rosas, pero pudimos infundirle, con todo el entusiasmo que la gente le puso, cierto aire de frescura a una labor a todas luces repugnante.
Se siente bien hacer algo a favor de la comunidad , estrechar lazos y mejorar nuestros alrededores, aun cuando la mayoría no lo aprecie; aun cuando se vuelva a ensuciar pronto. No obstante, soy conciente de lo contraproducente que puede ser demostrarle al gobierno que uno puede hacer su trabajo, o que uno puede adaptarse a perder servicios básicos como el aseo urbano.
Si cada persona cumpliera con sus responsabilidades (especialmente la compañía hidrológica y la de recolección de basura), entonces nadie tendría que hacer el trabajo sucio de otro. La naturaleza nos distrajo de estas cavilaciones con una sorpresa.
¿Pueden ver lo que encontramos en medio de tanta inmundicia?
La vida y la belleza se las arreglan para sobrevivir en medio de los desperdicios, el descuido, la contaminación y la ineficiencia humana.
Estos pececitos fueron regresados a la cuneta donde parecían estar más a gusto. Probablemente serán atrapados por niños o los carroñeros (los he visto jugar con ellos y hasta asarlos para comerlos). O, serán atrapados por una Garza blanca que merodea la calle y que espero fotografiar para ustedes pronto.
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Estos peces se convirtieron en la lección del día. Un ejemplo asombroso de tenacidad y adaptabilidad
. Han sido capaces de sobrevivir literalmente cubiertos en estiércol. Son parte de algo más grande y hemos descubierto que a pesar de que las aguas negras circulan por la ciudad, no huele peor gracias a estas pequeñas criaturas. Algo hemos de aprender de estos pececillos.
Gracias por tu visita. Tus comentarios serán altamente apreciados.
Todas las imágenes de archive personal, tomadas con teléfono MotoG-3 y modificadas en imgur.com.
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El ser humano rehuye de sus responsabilidades, @hlezama! A veces es más fácil echarle la culpa al vecino o al gobierno (que tienen una gran cuota de culpa) que preguntarse en qué puedo yo ayudar para cambiar mi entorno. No dejo de admirarte por agarrar literalmente el mango de la pala. Creo que si hubiesen más personas como tú, se respiraría el cambio. Desde hace rato estamos acostumbrados a la basura, a las aguas putrefactas, el mosquero, y lastimosamente como el pez, aprendimos a vivir en la cloaca, en donde la corriente nos lleve. De repente esta acción tuya sirva para el resto, y si no es así, que los otros sigan con la casa y la conciencia no tan tan limpias. Un abrazo
:) Muchas gracias, @nancybriti. Siempre me ha intrigado (por no decir otra cosa) la apatía de mucha gente ante cosas tan vitales como la salud ambiental. Tengo una fijación con la maleza y los árboles que crecen "rialengamente" y me he ganado insultos y hasta oferta de c... por cortar ramas que sólo yo vi que estorbaban.
Paso a creer que la suciedad, como la injusticia, son como los fantasmas; sólo algunos los ven y ya sabemos lo que se piensa de ellos :)
Un abrazo
Que hermoso post, te diré que empecé a leerlo con mucho interés porque esa calle me es conocida, yo crecí en Cumaná, aunque vivo hace unos años en San Antonio de Los Altos en el Estado Miranda, Cumaná no deja de estar en mi corazón.
Creo que limpiar nuestros espacios es algo no solo noble sino también necesario, si todos pensaran igual y cada quien tomara parte en el asunto que le toca atender, bien sea porque le afecta, sea o no su responsabilidad, este país sería otro. He visto personas cuya mentalidad indiferente los hace vivir en medio de la suciedad y el abandono, por no asumir. Tenemos que asumir lo que nos toca y a veces lo que pensamos que no, porque sencillamente se tiene que hacer por salud, por educación o por conciencia.
Sin duda esos pececitos tienen mucho que enseñarnos.
Celebro tu apoyo a esta actividad, y que bueno que la calle haya quedado más limpia, me encanto leerte.
Muy alagado con tu comentario. Cumaná no es mi ciudad natal, pero he vivido más años aquí que en mi propio pueblo, de modo que siento una afinidad lógica por la ciudad y me duele enormemente verla convertirse en un lodazal.
Como bien lo apuntas, limpiar nuestros espacios se vuelve imperioso aunque eso nos lleve a sentirnos tontos útiles (que es lo que hace que mucha gente se abstenga de hacer cosas como estas, aparte que, siendo honesto, no todo el mundo tiene el estomago para algo así).
Yo creo que ha sido un milagro que con toda la contaminación en la ciudad, principalmente el mercado municipal donde 80% (quizas más) de las personas adquieren sus alimentos, no hemos tenido una pandemia. Ojala los milagros no vengan con fecha de vencimiento.
Me alegra que hayas disfrutado del post.
Feliz resto-del-día.
Lo que yo recuerdo de esa calle, donde vivía un consdiscípulo del liceo Sucre, es que sus gentes eran --igual en la calle García, que debe estar cerca-- muy unidos. Quizás el daño de tantos años de opresión han hecho que ahora sean así como los describes. Suerte.
Gracias por comentar, @antoaristi.
Coincido con usted en la apreciación del cambio en la gente de "por estas calles".
Son varios factores, obviamente; uno de ellos el cambio generacional. Los viejos mueren, los hijos se van o puede que se queden, pero ya no es lo mismo.
Hay un creciente distanciamiento entre los vecinos, producto de esta crisis brutal, que los ha hecho más individualistas. Si pides un favor tienes que pagarlo en algun momento y te preguntas ¿podré pagarlo? ¿querré pagarlo? Es muy difícil ser generoso hoy día; se puede poner a riesgo a la familia. Y una cosa lleva a la otra. Más distancia, menos comunicación, menos interacción, más indiferencia tanto ante la debacle de los espacios físicos como de los emocionales. Así se nos muere la polis y con ella sus politikos.
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Eso de asumir la responsabilidad personal por tu entorno, ha dejado de practicarse, el gobierno no existe para estas cosas y los vecinos no se involucran .Esto hace lucir las perspectivas oscuras afortunadamente algunos raros ocasionalmente lograr llevar entusiasmo y contagiar a otros con su ejemplo.Bien por ustedes que no dejan que la inmundicia los cubra, saludos,@hlezama.
Gracias por comentar, @ramonochoag. Alguna lucesita tenemos que aportar en tiempos de tanta oscuridad.
Aunque pueda ser una tarea que no reciba todo el apoyo que merece, y sea pasajera, es una iniciativa necesaria y muy loable. Solo la reasunción o el desperar de valores como la solidaridad, la responsabilidad, el respeto / cuidado por el otro y del entorno, la participación, entre otros, podrá producir cambios verdaderos. Y ustedes demuestran que esto es posible. ¡Enhorabuena! Saludos.
Muchas gracias, @josemalavem. Creo que ahí esta la clave.
Se hace necesaria una campaña nacional tendiente a despertar estos valores e involucrar a los chamos, no como parte de una promesa de empleo populista como se ha hecho hasta ahora, que sólo ha promovido el ocio y la inmoralidad acomodaticia, sino como un redefinir de nuestra identidad y responsabilidad social, desligada de lo políticoy a su vez reguladora del mismo.
Ciudadanos conscientes y actores de sus deberes, pueden ser a su vez mucho más asertivos y proactivos respecto en el reclamo de sus derechos.