Nerrito feliz, no se preocupa, nada lo turba.
Barloventeño de pura cepa, cacaotero de corazón.
Que trabaja bajo un radiante sol,
sin ninguna preocupación.

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Nerrito rumbero que, al ritmo del tambor,
con aires de vacilador,
alegra los corazones
de los habitantes de esta región.

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Los tamborileros vistosos,
de hermosa resonancia,
emiten el taquititá en la percusión,
mientras nerrito baila con elegancia.

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Nerrito feliz, no para de bailar,
para el todo es una festividad,
no se va a preocupar,
no se va a turbar,
mientras trabaja bajo el gran solar,
pues su trabajo ha de festejar,
le dará dinero para gastar.

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Bajo la sombra del cacaotal se ha de sentar,
cuando intente descansar,
pero cuando el tambor comience a sonar,
nerrito se ha de levantar
y de nuevo ha de bailar,
vueltas y vueltas sin parar.

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Nerrito es feliz, porque celebra la vida,
da gracias cada día,
junto con el sol despertar,
un día nuevo, uno más, para poder trabajar,
y a su casa comida llevar.