"Te espero" (Carta a mi persona especial)

“Hace aproximadamente un año que te conocí, la vida nos presentó ante un camino para recorrer sin saber su destino. La vida no me había avisado que llegarías, (y creo que a nadie le da ese aviso), estaba asustado pero a la vez tu cara me inspiraba un cierto coraje. Me disparaste justo a los ojos con tu belleza única que brillaba hasta dejarte ciego por instantes, iniciaste desordenando mis pensamientos. Mis sentidos estaban alterados por efectos del alcohol y pensé que al siguiente día ya no sentiría la misma emoción al verte o al saber que ya te conocía de antes, pero me había equivocado. Esa noche no sabía que mi vida cambiaría, que mi esperanza crecería y mis sentimientos se fortalecerían en un tiempo inesperado, aunque no niego que la idea de volverme a ilusionar, empezar de nuevo o confiar alguien me atemorizaba, sólo que mi única y mejor motivación fuiste simplemente tú. Hablamos y nos conocimos más a fondo, no del todo, pero si lo suficiente. Aprendimos, bailamos, lloramos, reímos, peleamos, celebramos, sentimos, nos quisimos, nos amamos.

De pronto un día las cosas cambiaron por discusiones, impulsos y rabias de mi parte, los peores problemas, la peor lección. Igual es evidente para ambos que aún nos amamos, sin embargo ya no hablamos todos los días, ahora sólo somos amigos porque así lo decidiste y estoy aprendiendo a conformarme con eso, aunque se me haga complicado. Lo único que quizás importe, es que mis sentimientos por ti siguen intactos, que en esta y en otra vida voy a morir por ti, si es necesario. Aunque cada día muera una parte de mí al pensar que no vayas a ser para mí, te espero, no importa el día que llegues porque siempre voy a querer estar contigo ¡Y sí! Es que mi amor por ti es verdadero.

Ya nadie me inspira la misma emoción, ni me intimida con tan sólo hablarme como tú lo hacías. Vivimos experiencias realmente gratificantes, que daría mi alma por vivirlas de nuevo y volver a sentir lo que sentí en cada uno de esos momentos. Agradezco cada día a la vida por haberte conocido y a cada momento le pido que nos vuelva a juntar. Aquí estoy preparándome, aprendiendo, queriéndome y mejorando como persona. Aquí estoy esperándote, porque sé que vales la pena. Te quiero real, Mary...”