Los crímenes de la Avenida de Mayo V

in #cervantes5 years ago (edited)


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A las 21:00 todos estaban atentos y vigilantes, todos vestidos de civil con diferentes disfraces y atando de pasar desapercibidos.

El ambiente en la zona estaba tranquilo y normal, Soto hizo una recorrida por todo el perímetro y quedó conforme, a menos que el asesino fuera un experto o que alguno de sus hombres cometiera un error infantil, no sospecharía nada.

A medida que pasaban las horas los hombres cambiaban de posición, de atuendo y de actividad, el que hace un rato era un repartidor de soda para los bares de la zona ahora vendía la 6ta edición de los dos diarios de la noche. Quien había cerrado tardíamente el local de arreglo de zapatos ahora era un cliente sentado en una mesa próxima al gran ventanal de un bar. De esa forma todos continuaban la vigilia, a medida que pasaban las horas se iba haciendo más y más tensa.

Ya cerca de la medianoche hubo un recambio de mujeres en dos cabaret de la calle Yrigoyen, todos los policías multiplicaron su atención pero 15 mujeres salieron de los piringundines y al menos otras tantas ingresaron, no se observaron inconvenientes y todas se retiraron sin novedad aparente, algunas en pequeños grupos, otras con algún hombre que las acompañaba y unas pocas solas, a estas últimas se las siguió hasta que abandonaron la zona de peligro.

A la 1 y 10 minutos una pareja pasó caminando rápidamente por la vereda contraria al Palacio Barolo para doblar en una de las calles laterales a la Avenida de Mayo en dirección norte, a los pocos segundos se escucharon voces altisonantes de dos hombres discutiendo y unos segundos después la mujer gritó aterrada, los policías más cercanos al lugar del incidente hicieron sonar sus silbatos y todos corrieron siguiendo el sonido agudo que salía de esos aparatos. Un hombre estaba tirado en el piso, la mujer llorando a su lado y el atacante corría amparado en las sombras de la calle mal iluminada en dirección a la Avenida Corrientes. El cerco funcionó y dos policías de reserva más otros dos que estaban en sus guardias normales interceptaron al sospechoso que fue reducido inmediatamente. Entre sus ropas se encontraron un pistolón antiguo y una manopla de bronce. El pistolón estaba oxidado en su mecanismo lo que lo hacía inútil para disparar y la manopla tenía rastros de sangre, luego se comprobaría que con ella había atacado al hombre de la pareja, éste solo estaba aturdido por el golpe pero sobreviviría, tendría un buen hematoma sobre el ojo derecho por algunos días.

Soto llegó al lugar unos minutos después, cansado y respirando con dificultad ya que estaba a 4 calles de allí cuando escuchó el barullo, al ver al atacante inmediatamente comprendió que no era el asesino que buscaba, se notaba a simple vista que era un malandra de poca monta, un arrebatador casual. Había ocurrido la peor de sus pesadillas, en el momento y en el lugar indicado alguien había arruinado la operación, quizás no tuvieran otra chance de atrapar al asesino, no al menos in fraganti delito, muy probablemente el homicida habría presenciado todo el despliegue y abortaría cualquier acción para tomar recaudos hacia el futuro.

El detective se equivocaba en su deducción, pero de todas formas el resto de la noche pasó tranquilamente. La mañana siguiente llegó y transcurrió en calma, recién para la hora del té el grupo de investigación se relajó un poco, había pasado el 18 y avanzado el 19 de abril y no había otra víctima.

En la miserable pensión de la calle Matheu el inmigrante polaco Piotr Kovak dormía un sueño nervioso e intranquilo, como desde hacía un año a esta parte soñando el sueño recurrente del ataque a su esposa en el barco que los traía a América, siempre a punto de salvarla pero en el último instante ver convertido su puñal en un pedazo de cuerda, como todas las noches en ese momento culminante se despertó llorando de rabia e impotencia, estiró el brazo y bebió de un sorbo hasta la última gota de la botella de vodka a medio llenar que se encontraba al lado de la cama. Un poco más calmado recordó que ya había finalizado la primera parte de su plan de venganza, solo quedaba una cosa por hacer pero aún faltaban 15 largos días. Para cumplir la promesa que le había hecho al cadáver de su bella esposa y a si mismo debía sobrevivir como fuera ese tiempo, luego descansaría en paz.

Pasaron otros 3 días y no había habido otro asesinato, Soto ahora más tranquilo se dedicó a investigar sobre la segunda víctima y un poco casualmente pudo resolver el misterio aunque descubrió que probablemente la lista de asesinatos fuera mayor a lo que tenían hasta el momento. Nadie había reclamado el cadáver del hombre por lo que supuso que sería un inmigrante solitario o una persona llegada desde el interior del país sin familia. Su primera reacción fue ordenar que se volviera a interrogar a los propietarios y regentes de todas las pensiones y hoteles de la zona. En el hotel familiar Tres Reyes el encargado mencionó a la policía que una pareja se había marchado sin abonar la cuenta de dos días a mediados de enero, por supuesto hizo la denuncia policial ya que no quería responder sobre el faltante de caja con su propio y escaso salario a la sociedad dueña del establecimiento.

Por supuesto que ese tipo de delitos no se investigaba y la policía lo había archivado casi de inmediato, era algo muy común, de escasa importancia monetaria y generalmente no quedaban señas del estafador. Pero en este caso había algo diferente y desconcertante, en la habitación el encargado encontró una pequeña valija olvidada con algo de ropa y un par de fotografías, la ropa se la quedó y las fotografías las guardó en un cajón de la recepción del hotel, aún continuaban allí y se las entregó a los detectives cuando se las solicitaron. La pareja era de España, probablemente recién llegados al país, al cotejar las fotografías con las tomadas al cadáver de la segunda víctima se comprobó sin lugar a dudas que era la misma persona, de su esposa no había rastros. Jamás volvió al hotel y su paradero era desconocido.

Continuará…

La fotografía es de mi propiedad y muestra la Avenida de Mayo (lugar de los hechos contados en esta ficción) en la actualidad.

Héctor Gugliermo

@hosgug

Sort:  

Me lo pensaré dos veces la próxima vez que tenga que andar por Avenida de Mayo.

¡Felicitaciones!


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