Mi Gran Placer

No hay forma humana de describir la forma en que me hace sentir esto, el morbo que esta imagen me provoca, solo sentir la textura de las ataduras que utilizo como mis herramientas produce sensaciones excitantes en mí, pero no es suficiente... Necesito algo más...

No cualquier algo, ni alguien, mis gustos son finos, ella no puede ser una cualquiera, ni tampoco alguien que esté dispuesta a tener sexo con un desconocido, pero ese es el punto... No debe estar dispuesta, eso no me da placer.

Cada vez que siento fuertes necesidades carnales vengo aquí, justo a esta esquina a esperar a que pase una presa, pero... Ya lo dije ¿cierto? Soy muy selectivo, mis gustos son muy refinados, debe tener entre 20 y 30 años de edad, me gustan rubias, delgadas, y muy, muy vulnerables, generalmente debo esperar hasta 2 días para conseguir la presa perfecta, mi nueva amante, la que jugará conmigo hasta que su voluntad sea doblegada.

Esta vez estoy de suerte, allí viene una, justo como me gustan, parece hecha para mí, esta es la quinta del mes, y quizás no sea la última, espero que esta juegue conmigo más tiempo, una total decepción, a los dos días ya no me sirvió más, pero confío en que esta vez sea diferente.

Unos simples movimientos y... Ya está en mi camioneta, totalmente atada y brindándome placer al verla retorcerse del miedo... Que delicia, casi me dan ganas de hacer el trabajo acá pero... No, debo esperar a llegar al taller, la paciencia tendrá sus frutos, soy demasiado metódico como para tener una falla justo ahora, cuando las cosas se ponen cada vez más divertidas.

Una vez en el taller no es fácil sacarlas de la camioneta, y esta nueva amante es especial, se resiste como ninguna creo que sabe lo que quiero, pues hace todo lo que me vuelve loco...

Decido dormirla, me encanta verla rebelde y agitándose del terror pero así no puedo transportarla hasta "la mesa de operaciones" donde hago mi trabajo y tengo todas mis herramientas.

Que linda imagen tengo frente a mí... La mujer ideal en la perfecta posición y completamente desnuda, lista para brindarme placer, con una mirada que oscila entre el reto, la furia y el pánico, quizás este último se deba al cuchillo con el que me paseo por todo su cuerpo, no deseo dañarla, solamente ayuda a ver esa cara que me fascina.

Que delicia... Esta sensación al embestirle, sus fluidos goteando toda la mesa a la que se encuentra atada, grita demasiado fuerte, este aroma tan familiar en el ambiente, lo puedo reconocer, es el olor al miedo, los jugos de su cuerpo salen de si en contra de su voluntad, sé que lo disfruta, esos gritos llenos de dolor traen algo de placer en si, ya han sido tantas en mi lista que sé cuando una de ellas disfruta lo que hago, y eso me encanta... Ese sonido que hace con su boca mientras que de sus pechos brota sudor, el cual limpio igualmente con mi cuchillo.

Luego de terminada mi jornada, procedo a reclamar mi premio por un trabajo bien hecho, mi recuerdo, tomo un mechón de su rubio cabello y lo coloco con su nombre junto al resto de mi hermosa colección...

37 hasta los momentos... Y puedo recordarlas a cada una de ellas.

Simplemente Magnífico