En el primer póster que vi de esta película aparece un hombre negro, vestido con una túnica del Ku Klux Klan, haciendo el saludo del Black Power (ver imagen a la derecha); debajo aparecía una sinopsis breve que decía "un policía negro se infiltra en el KKK". Eso, sumado a la pose del sujeto en el póster sugerían que la película era una comedia y, como no busqué ningún trailer, me quedé con esa impresión hasta que la vi. Y sí, hay algunas escenas divertidas y el film tiene un "final feliz", pero no hay nada de cómico en el tema planteado ni en el mensaje.
Básicamente, la película, basada en una historia real, cuenta la historia Ron Stallworth (interpretado por John David Washington), el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs y se ambienta en los años setenta que como todos sabemos fue una época de gran agitación social en los Estados Unidos, con la reciente lucha por los derechos civiles, el conflicto de la guerra de Vietnam y el asesinato de Martin Luther King unos pocos años antes. Es en este marco en el cual Stallworth decide unirse al cuerpo policial y por ello es recibido con escepticismo por algunos, solidaridad por pocos y por supuesto hostilidad de parte de algunos de los agentes. Primero lo destinan al archivo y luego le encomiendan que se infiltre en una reunión donde un líder afroamericano dará un discurso sobre el Black Power para determinar si ese orador constituye un riesgo; finalmente, por su cuenta, decide su próxima tarea: infiltrarse en el Ku Klux Klan y exponerlo ante la comunidad.

Pero ¿cómo va a infiltrarse un hombre negro dentro de la Organización? pues, resulta que él realiza todos los contactos por teléfono, pero es otro agente el que deberá literalmente dar la cara por él (interpretado por Adam Driver), en una misión que exige la colaboración entre ambos. El desarrollo de los acontecimientos se los dejo sin revelar para que disfruten y se sorprendan con la película. Me interesa más hablar de su mensaje.
En 2014, El verdadero Ron Stallworth publicó el libro Black Klansman, en el cual relata su experiencia investigando al KKK a finales de los años setenta. Obviamente la película modifica algunas cosas para hacerla más dramática y hollywoodense, pero el núcleo de la historia se mantiene. Ahora bien, BlacKkKlansman no es sólo una buena historia, es también un mensaje necesario para estos días.

A partir de la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos en 2017, los sectores más radicales y extremistas de la White America han comenzado a resurgir con fuerza en contra de las minorías: negros, inmigrantes en general, judíos, homosexuales, entre otros. Y la responsabilidad de ello es, en parte, el discurso pre y post electoral de Trump. Pero si bien un político, más aún un político que resulta electo, debe tener mucho cuidado con los valores que promueve, los cuales deben ser de inclusión e integración, no es menos cierto que la elección de un personaje con un discurso segregativo refleja la existencia de un sector mayoritario de la población que apoya esa segregación.
La guerra de secesión norteamericana culminó en 1865, la esclavitud fue abolida durante esa guerra, la lucha por el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos propició la Ley de Derechos Civiles en 1964 en la que se prohíbe la segregación racial en las escuelas, la historia de Stallworth es de los años setenta; y sin embargo, al final de la película se muestran videos de años recientes en los que puede verse que el conflicto racial/social está aún vigente, incluso con víctimas mortales. Y es realmente preocupante, no sólo para los ciudadanos de ese país, sino para el mundo entero, porque las ideas se propagan por todo el planeta a una velocidad alarmante y las conductas pueden ser emuladas en otras latitudes. Acá en Venezuela no tenemos un problema de racismo, pero recientemente la confrontación política entre dos sectores ha dejado gran cantidad de víctimas mortales; y ha sido, en gran parte, al discurso divisorio de voceros pertenecientes a representaciones políticas lo que ha conducido a un clima de intolerancia y enfrentamientos.

"El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla" y "la historia se repite si uno lo permite". El cine es una herramienta poderosa para propagar una idea y si el film de 1915 The Brith of a Nation fue proyectada como apoyo al imperante racismo, con más razón películas como BlacKkKlansman deben difundirse. Además, no es una película política plenamente. Tiene drama, acción, algo de comedia, investigaciones policíacas, persecuciones, buen guión, denuncia social, elementos históricos, refleja posturas radicales de un lado y otro (ambas igualmente condenables), todo ello completado con actuaciones excelentes por parte de todo el reparto, especialmente el protagonista John David Washington, hijo de Denzel (recuerda muchísimo a su padre en el tono de voz y la manera de hablar), una muy buena fotografía, una excelente dirección y una banda sonora perfecta para ubicar tanto a los personajes como a los espectadores. De allí que otorgue 7/10 a esta película que ha obtenido cuatro nominaciones a los Golden Globe en cinco de las principales categorías, incluidas las de Mejor Película y Mejor Director.