El mecánico del alma

Una vez iba un hombre a bordo de su auto, un flamante deportivo de dos puertas el cual devoraba en cuestión de segundos los kilómetros de la larga y solidaria carretera que recorría. A mitad del camino que lo separaba de su destino, el auto empezó a fallar, al punto que de repente el motor dejó de andar, dejando al pobre hombre solo a merced del solitario lugar.

Mazda RX-8
Se bajó del auto y levantó el capó pensando que podía dar con el desperfecto mecánico, ya desde hace muchos años lo conduce, pero pronto descubre que no tiene ni idea de la falla que no deja encender el motor.

Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su auto pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba la falla del motor.

Luego de un rato, aparece a lo lejos otro auto, el chófer se conduele de nuestro amigo y se detiene justo detrás para echarle una mano.

El dueño del primer auto dice:
-Te agradezco la ayuda, pero conozco este auto como la palma de mi mano, no creo que tú puedas ayudarme con él ya que no es un auto con un motor común y corriente.

El otro hombre insiste con una ligera sonrisa, por lo que le responde:
-Está bien, haz el intento, pero no creo que puedas, pues es mi auto y lo conozco más que tú.

El segundo hombre se dispuso a revisarlo y en poco tiempo encontró el daño que tenía el auto y pudo arrancar el motor.

El primer hombre quedó impávido y le dice:
-¿Cómo pudiste determinar la falla si es MI auto?

El segundo hombre contestó:
-Por una razón, verás,me llamo Felix Wankel y yo inventé el motor rotativo que usa tu auto.

Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; MI destino, MI casa. Déjenme a mí, que sólo yo puedo resolver el problema!. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues "esta es MI vida".