Un día triste.

Mi príncipe azul o mi pollito, como le llamo a mi hijo Alejandro, es mi mayor adoración. Él es un niño muy activo o hiperactivo, lo digo porque es difícil verlo quieto, siempre quiere hacer algo, jugar, o ayudarme en los quehaceres del hogar.

Siendo un niño que siempre está en constante movimiento, es difícil para una madre ver a su hijo enfermo, mi hijo en el transcurso de su infancia a enfermado muy pocas veces, de hecho hace unas semana atrás enfermó y por suerte era una leve infección, la cual no fue grave.

Todas las madres coincidimos en que quisiéramos poder estar en el lugar de nuestros hijos cuando tienen algún dolor, o poder solucionar sus problemas cuando los tienen.

Estoy muy orgullosa de ver como hijo a enfrentado su enfermedad de la mejor manera, ha sido un niño valiente, que no se queja ni llora, a pesar del dolor que siente. Tampoco le tiene miedo a las agujas, ni a los médicos. Yo sólo puedo estar a su lado dándole ánimo, diciéndole que todo pasará y tratando de hacerme la fuerte.

Hoy me dijo, "Mamá, sé que mañana voy a estar mejor, voy a poder comer, aunque no quiero ir a estudiar, porque los niños gritan mucho y eso me daría dolor de cabeza." "Me dio risa, le dije, claro mi amor, de seguro estarás mucho mejor mañana" Me gusta que, a pesar de sentirse enfermo, tenga esa actitud positiva.