El ocaso de los dioses

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Un rictus, una mueca en su rostro en ruinas se consume lentamente, con los ojos enrojecidos todo parece irreal, un espejismo surgido en las profundidades de su piel, fiebre, sueño, pesadillas, hace liberar su alma enferma de su yo devastado, esperando que los sueños lo conduzcan al conocimiento de la herencia arcaica de los hombres.

Teseo, héroe legendario, hijo de Egeo rey de Atenas, en Creta dio muerte al minotauro y logró salir del laberinto gracias al hilo que le dio Ariadna. Ella hija de Minos, Rey de Creta, eterna enamorada de Teseo, el arquetipo del hombre superior. Logra superar la crisis de su lucha interna y constante, dos amores en su vida. Ella abandonada por Teseo, elige quedarse con Dionisio, un semidios inspirador de la locura ritual, un liberador de almas, llevándolo a la locura, al éxtasis y al vino, dios del placer, hace en Ariadna que olvide a Teseo que no lo recuerde más borrándolo del mapa y de su vida.

 

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Nietsche hace una comparación del hombre superior al super hombre, el ser vivo de las cavernas. El ser como ser viviente, el súper héroe universal opaca al hombre superior, se conduce por el camino de la vida. "El conocimiento no radica en la lógica sino en la imaginación, la capacidad radical e innovadora que tiene la mente humana de crear metáforas y enigmas".
 
Teseo un héroe hábil para descifrar enigmas ir al laberinto y vencer al monstruo, llega a escalar la cima del hombre superior, su espíritu férreo hecho para toda prueba, su afición por llevar cargas, su impotencia para reír, bailar, juzgar, es el arquetipo del hombre superior, pretendiendo llevar a la humanidad a la perfección, plantea los enigmas pero ignora el enigma y el monstruo que él mismo es.


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El hombre sublime ya no necesita a Dios, lo sustituye. Los hombres superiores no son más que los grados inferiores de la voluntad del poder. Querer engañar, querer dominar, es la necesidad del uno hacia el otro, la vida y el ser.
Dionisio conocido por su vagabundeo por el mundo, muchas leyendas se han tejido en este personaje de la mitología, un superhombre, grandes y prolongadas charangas nocturnas, llenas de vino, danzas y placeres, encaja perfectamente al hombre universal. ¡Salud al Dios Dionisio!

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