Es domingo en la tarde y pienso en que hacer, todos hablan de sobrevivir o vivir bien, darte gustos y darles a tus hijos lo que se merecen para que vivan una infancia digna, todo se resume a ser productivo, ganar dinero. La alarma por hacer algo que genere ganancias está siempre encendida. Mi mente comienza generar muchas ideas, posibles publicaciones, posibles trabajos, cosas que puedo hacer que me ayuden a incrementar las ganancias.

     Pero no todo en esta vida es trabajo, y ¿las cosas que amo? ¿Las cosas que sueño? El tiempo pasa y todavía no hablo ni francés ni italiano, como me encantaría practicarlos, la “situación” no debería definir como quiero y deseo vivir mi vida, debo poder disfrutar haciendo esas pequeñas cosas que me gustan y aprendiendo lo que desee…

     Cuando pienso en aprender, pienso en mi hijo, hay muchas cosas que deseo enseñarle, compartir con él es importante, tengo tantas ideas de cosas que podemos hacer juntos. Quiero hacer de todo, pero ¿Qué hago primero? No puedo decidirme. Le enseño a leer a mi hijo, estudio francés, aprendo guitarra, escribo para Steemit, hago tareas en clixsense, hago transcripciones…. ¿Qué hago primero?

     Me estoy ahogando en pensamientos, demasiadas cosas que deseo hacer, demasiadas ideas y poca acción. Pasan los minutos, las horas y no me decido que hacer, ¿cómo priorizar?, todo parece tener la misma importancia, mucho o nada.

     Tal vez si busco información en Internet sobre la indecisión pueda encontrar ideas y formas de eliminarla, comienzo a leer, anotar ideas. Se puede encontrar una infinidad de artículos interesantes sobre el tema. Leo y me entretengo mientras el tiempo me pasa y las cosas que considero mi prioridad quedan todavía en espera, mientras hago las tareas que me recomiendan en las páginas que leo: hacer listas de pro y contras, meditar aun más la decisión, analizar si siempre he sido indecisa, escribir en cuales situaciones no soy indecisa, quienes en mi familia son indecisos, analizar si es un conflicto emocional debido a un suceso traumático, analizar si es un problema de autoestima, hacer un test de autoestima… entre otros consejos que se consiguen en Internet, creo que las personas que escriben estas recomendaciones piensan que el indeciso no sabe pensar en las decisiones y por eso no sé decide, y es precisamente todo lo contrario, somos expertos en pensar, el problema es tomar acción.

     Buscando artículos sobre la indecisión consigo una noticia de que un niño está embarazado, el titulo llama la atención y no puedo evitar leerlo, comienzo a leer y puedo darme cuenta de que el titulo es un engaño, no es un niño en realidad, sino que le llaman “el niño”, y no es alguien de sexo masculino, es un transgénero, una mujer que se identifica como hombre y también se viste como hombre: una travesti. Por lo que la noticia del caso impresionante de un niño capaz de salir embarazado, es en realidad una mujer como cualquier otra mujer que salió embarazada. Terminó de leer esto y me entretengo con memes que me muestra la misma página, me rio a carcajadas y luego me lamento porque aparentemente llevo horas leyendo y viendo cosas en la web y no he hecho ninguna de las cosas que deseaba hacer.

     Está bien, me decido, voy a escribir algo para Steemit, pero no me pongo a trabajar enseguida, necesito primero tener mi escritorio limpio para poder concentrarme y una buena taza de café, no parece que estoy procrastinando, empiezo hacer el café pero no puedo trabajar en la publicación porque podría olvidarme del café y hacer un desastre, mejor me dedico a eso cuando el café esté listo. Todos en mi casa amamos el café, les avisaré que estoy haciendo un poco, el café está listo y es muy agradable beberlo mientras converso con mi familia. Reímos, charlamos y bebemos café.

     Se acaba la tarde, pero está bien, ya bebí café aunque la idea era beber el café mientras escribía mi post, tal vez debería prepararme un poco más… No, No… Es hora de concentrarme y afortunadamente tengo muchas ideas sobre que escribir, solo tengo que decidir: