Recuerdo con gran nostalgia cuando en compañía de mi padre, a finales de la década de los 70, solíamos acudir a una discotienda ubicada en el centro de la ciudad de Barquisimeto, donde por recomendaciones de un, en aquel entonces, joven vendedor, mi padre me compraría algunos vinilos o acetatos, además de los desaparecidos cassettes, que incluían entre otros, el mítico LP "The Dark Side of the Moon" de la banda británica Pink Floyd, "461 Ocean Boulevard" del guitarrista Eric Clapton, "Captain Fantastic" de Elton John, y el doble álbum "Ofrenda" del músico germanovenezolano Vytas Brenner, una extraordinaria pieza de arqueología musical, lamentablemente olvidada.

Nunca supe a ciencia si mi padre compartía mis gustos musicales, pero lo cierto es que aquellos primeros álbumes forjarían mis preferencias tempranas, las que aún hoy en día me acompañan, aún cuando he añadido el Jazz y el Blues a mi catálogo. Lamentablemente, mi padre moriría en diciembre de 1978, quedando aquella interrogante formulada a principios de este párrafo, sin respuesta.

Posteriormente, tendría un encuentro con "El Rey Lagarto" (The Lizard King), apodo o seudónimo con el que era conocido el fallecido artista Jim Morrison vocalista de la banda estadounidense The Doors, cuando en los primeros años de la década de los 80, y en ocasión de conmemorarse un nuevo aniversario de su muerte, en las pantallas de Venezolana de Televisión, presentaban un programa especial dedicado a honrar su memoria.

A finales de 1982, tuve la fortuna de asistir a un concierto de la banda angloestadounidense Fleetwood Mac en el Tangerine Bowl de la ciudad de Orlando en la Florida. Al año siguiente, cuando iniciaba mis estudios universitarios en Caracas, tuve la oportunidad de presenciar en vivo a Van Halen y su vocalista David Lee Roth en El Poliedro de la ciudad capitalina. En años posteriores, asistiría a conciertos realizados por las bandas Saga y Quiet Riot, la primera, una banda de rock progresivo de origen canadiense y quienes fueron visitantes asiduos de Caracas en aquella década; y la segunda de los Estados Unidos.

Por esta razón, cuando leí el tema del reto propuesto para esta semana por los amigos de @radiosteemit, decenas de canciones llegaron a mi mente; donde el solo de guitarra de Jimmy Page en la extrordinaria Stairway to Heaven de la legendaria banda británica Led Zeppelin, buscaba abrirse paso entre los acordes de la mítica Hotel California; imaginaba a Roger Daltrey de los británicos The Who como el mago de la maquinita interpretando Pinball Wizard, a Freddie Mercury y su inmortal Rapsodia Bohemia, en fin, una cantidad inconmensurable de canciones que me han acompañado a lo largo de varias décadas de vida, sin embargo, escogí el tema "Stairway to Heaven", porque considero y estoy seguro que millones de personas coinciden conmigo que es "una de las mejores canciones jamás escritas".