Hacia ningún lugar -- Concurso de Microrrelatos de Terror #MicroTerror256 - Semana 7 - La transformación.

La luna iba alumbrando mis pasos, algunas gotas empezaron a caer. 10:25 pm, la última vista que alcancé a dar al tictac; a partir de allí mi tiempo se detuvo; a partir de allí deseé se terminase de una vez.

Se deslizaron sus pieles mórbidas sobre mi juventud, o aquellos que los inocentes llaman juventud. Una lengua tras otras fue delineando sus intenciones; ya no quedaba parte intacta; el resto de mis sentidos se encontraban moribundos debido a las sustancias; ya no era yo, sólo era vergüenza. Esa fue mi transformación.

Uno tras otro fue pasando. El pobre sentido me llegó a contar hasta 26, las alucinaciones me hicieron sentir 33. Mi cuerpo se rompía bajo cada perforación, sus ojos se rasgaban cada vez más. Ya no veía humanos, sólo bestias, pobres instintos devorando mi inocencia. La sangre fluía lejos de mí; tal vez también sentía ella vergüenza. El cielo estaba oscuro ¿Dónde había luz? Ni siquiera escucho los tiernos cantos de mi madre en la cuna ni los brazos protectores de mi padre. Estoy en la soledad, la absoluta soledad, me rodean bestias, mudando incluso su piel hasta mostrar sus rojos cuernos: Son demonios y mi cuerpo es su ritual.

—En otras noticias, joven de 16 años fue violada por 33 hombres.

Son 16, ¿para qué llegar a 17? El mundo ya no es lineal, sólo vacío; mi cuerpo está vacío, mis órganos perdidos al igual que mis ojos, no saben dónde mirar. La única luz que ahora espero es la del túnel al final.