Las trampas del pensamiento. Utopía
Leyendo el excelente debate que los amigos de Cervantes propusieron sobre un tema derivado de la idea de Utopía, fui tejiendo estás reflexiones que traigo a la consideración de mis amables lectores.
Pertenezco a una generación que le tuvo mucho cariño a la palabra Utopía. En mi juventud la asociábamos con situaciones de armonía, bienestar, justicia, y con todo lo bello y sublime de la condición humana.
Como tantas cosas en la vida llegué a esta idea de la Utopía de la mano de algún amigo o de un mentor, no recuerdo. Lo que si tengo muy claro era que para pertenecer al selecto grupo de los utopistas ─que éramos nosotros, mis amigos y yo─ no había ninguna necesidad de profundizar en el conocimiento de la génesis histórica de la idea en cuestión, ni en las posibles implicaciones de ofrecerla como moneda de uso común.
Por mi cuenta comencé pequeñas investigaciones. Así supe que fue Tomás Moro, quien en 1516, en pleno Renacimiento europeo, escribió una obra sobre una idílica isla llamada Utopía, donde todas las personas podían vivir en armonía, sin ser presa de las tensiones creadas por la desigual distribución de los bienes. También pude saber que, antes de Moro, San Agustín de Hipona, en su obra La ciudad de Dios, concibió una ciudad espiritual donde los hombres pudieran vivir plenamente bajo los preceptos cristianos de amor, paz y justicia. Sin embargo, lo que más me llamó la atención en todo el pesquizaje realizado fue la etimología de la palabra. Se deriva Utopía de dos vocablos griegos “ou”, equivalente a nada, ningún, y “topos”, equivalente a lugar. Sería entonces, “el no lugar”.
Ese “no lugar” activó en mí un sin número de sospechas.
El no lugar solo existe en la imaginación del pensante, pertenece al reino de las fantasías o de los sueños, no a las áridas arenas donde se mueve la vida humana, al terreno de la realidad.
Si lo dejáramos allí, en el reino de los sueños, no crearía la idea de utopía ningún tipo de problemas. Pero qué ocurre cuando pretendemos trasladar esa idea de aquél plano etéreo al plano de la vida cotidiana. Leamos.
Un primer problema está en la génesis de la idea. Como todas es producida por un ser humano, un ser cuya naturaleza es la vulnerabilidad, la debilidad ante las pasiones y a las tentaciones propias de la carne y el poder. Un ser como usted o yo.
Aquí estamos en presencia de un problema bastante grueso, ¿cuál es el criterio para que su pensamiento o el mío sea el que deba seguir el conjunto de nuestros semejantes?
La solución más sabia que hemos encontrado es, o el consenso, o la decisión de las mayorías. Sabemos que con las dos no se logra superar el escollo que representa la gran diversidad humana, pero hasta ahora no hemos dado con nada mejor.
Paradójicamente los defensores de las utopías han llegado a la conclusión de que su idea es tan buena que no importa que los demás no la compartan, sencillamente buscan la forma de ponerla en práctica, así sea violentando la integridad de los demás.
Esto ha ocurrido con la madre de todas las utopías: la sociedad igualitaria, el socialismo.
A todas luces la sociedad igualitaria es una idea contra natura. Lo propiamente humano es la diversidad. Los hombres son desiguales y esa desigualdad es la garantía de que se puedan producir muchas cosas distintas. Unos son buenos para el arte, otros para el deporte, otros para las matemáticas, otros para pensar sin más, otros para escribir, en fin...
Si todos son distintos, todos pueden producir de distinto modo, todos pueden generar diversos modos de encarar la realidad.
Pretender igualar a los hombres en la distribución, en el reparto de bienes y en la aceptación de ideas comunes ha sido uno de los grandes errores de la historia humana. Un error que se puede contabilizar en millones de seres humanos sacrificados por un experimento social.
Aquél vocablo luminoso de mi juventud hoy me luce muy opaco, casi no puedo rescatar nada de él. Sin embargo, una buena parte de mis ideales se mantienen intactos. Sigo siendo un soñador, sigo en pos de reclamos de justicia, sigo creyendo que hay que poner el hombro al desvalido.
Uno de los amigos del foro me interpeló planteando si eso no es también una utopía. No. Mi acompañamiento es para un “topos” muy concreto: el momento en que estoy, no para un mañana incierto. Opino. Sugiero. Propongo. No prescribo. No impongo.
Gracias por su tiempo.
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El concepto de utopía creo que se puede utilizar como un marco referente solamente. Para los socialistas su "utopía" es el socialismo o mejor dicho: comunismo, que no es más que un sistema caduco que realmente se ha demostrado no funciona para las sociedades sino para sus dirigentes, es un sistema falso.
Creo que si hablamos de Capitalismo y la democracia, tampoco se puede decir que es una utopía hecha realidad, pues carecen de fallas, aunque son los sistemas más aceptados por la mayoría de las sociedades y pueblos.
Para mí realmente no existe en la humanidad actual algo que pueda hacer referencia al concepto de utopía, más que en nuestros ideales de bienestar, armonía y prosperidad.
La utopía para mí es un concepto abstracto, un marco de referencia, un sueño ideal, algo a lo cual apuntar. En ese sentido tiene mucha importancia. Y bueno, al igual que tú me considero una soñadora, con muchos mundos utópicos en mi cabeza jaja...
Un placer leerte.
Un abrazo :-)
Así como nosotros somos imperfectos, la sociedad también es imperfecta creo que tenemos que lidiar con eso. No podemos renunciar a ideas como la justicia porque la tentación hacia el abuso siempre estará presente, es parte de la vida. Un asunto es soñar y trabajar para lograr hacer realidad esos sueños y otra distinta es obligar a los demás a vivir los sueños propios. Pienso que desde sus inicios la idea de utopía nació con mal pie. Gracias por el tiempo que dedicas a leer y comentar. Un abrazo grande.
Genial, hermano. Excelentemente escrito. Concuerdo contigo. De buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno.
Así es.
Me permito citar a Úslar:
Un abrazo.
Amigo Sansón, es así. A veces cuesta entender si es verdad que hay buena intención en esas propuestas mesiánicas, o son simplemente la fachada de alguna mentalidad mandona con ansias de someter. Me alegra que te haya gustado el escrito. Muchas gracias por el tiempo que dedicas a leer y comentar. Un abrazo grande.
Las Utopias, ese no-lugar como dices es el sueño de alguien, que se puede convertir en el sueño de muchos, más no en el sueño de todos. La historia nos ha mostrado que, socialmente, ese sueño no es posible la misma diversidad, que nos constituye, la imposibilita. Excelente post @irvinc.
Así es, Damarys. Las buenas ideas son necesarias para ser dabatidas y, según sea, para ponerlas en práctica. Lo que no debe ser es que se impongan. En la imposición de una forma de pensar difícilmente salga algo bueno. Muchas gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
Al igual que tú, algunos vocablos o palabras tan preñadas de sueños e idealismos se quedaron en una persona que ya no soy. No sé si es madurez o decepción, o ambas. Excelente trabajo este el que nos traes hoy. Bonita noche para ti!
Es bueno que el tiempo no pase en vano y que veamos las cosas de otro modo. Malo sería que nos mantuviéramos ciegos, atados a unas ideas que nos aislaran completamente de la realidad. En algún tiempo procuraba evitar entrar en esas calificaciones de bueno y malo, hoy me parece necesario enfatizar eso. Tenemos que saber discriminar, lo malo, malo es. No hay que darle muchas vueltas al asunto. Muchas gracias por el tiempo que dedicas a leer y comentar, Un abrazo grande.
Disfruté mucho esta lectura.
Me alegra que te haya gustado, @breili. Agradezco mucho el tiempo que te tomas para leer y comentar. Un abrazo.
Hola gran amigo, que gran reflexión sobre esa curiosa y controversial palabra, Utopía, encerrada con muchos misterios jajaja. Me encanto mucho leerte y conocer tu punto de vista de dicha palabra. Un fuerte abrazo.
Me alegra que te haya gustado. Es una palabra que tuvo mucho prestigio hasta el siglo XX. Pero luego de las terribles consecuencias de los experimentos socialistas empezó a verse de otro modo. Agradezco mucho la visita y el comentario. Un abrazo grande.
Ese Tomás fue inteligente al ponerle ese nombre. En el «no lugar» solo pueden vivir las «no personas», es decir, aquellos que niegan la existencia, que creo, es la diferencia fundamental entre tanto meollo ideológico.
Este post, merece un resteem, saludos @irvinc!
Gracias por el apoyo, Julio. En el fondo está eso que planteas, hay una negación de la vida ajena. Agradezco mucho el tiempo que dedicas a leer y comentar estos textos. Un abrazo.
Saludos hermano, como siempre nos entregas un tema excelente... yo me considero un utopista porque soy fiel creyente en la igualdad, pero aclaro, no entre los hombres, porque allí comparto tu opinión, todos somos diferentes y es esa diversidad la que nos hace fuertes, la igualdad que yo manejo es la de derechos ante la justicia y allí mi posición no cede ni un ápice... me gusta mucho el concepto de Galeano cuando decía: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar."... un fuerte y fraternal abrazo
Andamos en lo mismo, creo que el énfasis debe estar en la justicia. Muchas gracias por el tiempo que le dedicas a la lectura y el comentario.
Totalmente de acuerdo. Un abrazo grande.
Saludos, me encantó leer éste post bien interesante de lo que significa "utopía", siempre relaciono ésta palabra con algo irreal, que sólo existe en la imaginación de alguien que de algún modo quiere convencer. Es una palabra que en su idealismo convence a unos pero no a todos.
Me alegra que el texto haya sido de tu agrado. Hay palabras que se van convirtiendo en comunes, las asociamos con ideas bonitas, pero en el fondo encubren algunas apetencias desmedidas. Muchísimas gracias por el tiempo que dedicas a leer y comentar este escrito.
Siempre pendiente de la buena lectura, es una manera de seguir evolucionando y aprender todos los días un poquito más.
Toma Moro y San Agustín, dos gruesos compa! Muy profundo el análisis filosófico, la utopía es un tema fasinante y escombroso.
Así es Pavel, dos grandes pensadores. El mundo ideal ha sido una constante en la historia del pensamiento. Los hombres de este tiempo han tenido la oportunidad de poner los sueños a prueba y a veces el resultado ha sido contrario a lo que se esperaba. Gracias por la lectura y el comentario. Un abrazo.