Los temblores en la tierra continuaban. En la huida, veia como las grietas se expandían en las calles y a los costados. Brotaba el mismo vapor antes visto en las minas, anunciaba la llegada de nuevos comensales al banquete. No era mi intención formar parte del menú de esas lagartijas. Un vehículo de seguridad yacía volcado a unos pasos, me acerqué y tomé una pistola de su interior. Los proyectiles silbaban por sobre mi cabeza. Estabamos a pocos kilometros del domo blindado, pero pocos kilometros en esas condiciones eran peligrosos, concentre a todos mis sentidos en alerta. En la carrera, escuchaba el bombeo del corazón, respondiendo a mis exigencias. Unos metros más adelante, de una grieta salia un gran reptil, aún atontado por el calor, despertando del letargo. A la carrera embesti su cuerpo con todas mis fuerzas, sentí a sus costillas crujir y ceder. Cayó inconsciente al piso, y a la carrera disparé sobre las cabezas que comenzaron a emerger de la grieta. El guardia no se detuvo y tomó la delantera. Frené en seco cuando vi aparecer desde la esquina un brazo grande como mi pierna, que freno en seco la carrera del guardia. Este se desplomó y cayó inmóvil. Tres reptiles saltaron sobre su cuerpo, peleando por las mejores partes. La figura del gigante terminó de aparecer detrás de la esquina y con un golpe letal y un rugido, durmió a uno de los que intentaban devorar a su presa. Aterrados los otros dos se alejaron gruñendo. Ahi fue cuando me vieron. Muchas ideas se agolparon, más simplemente gire sobre mis talones y me esfume a toda prisa. Antes de doblar la otra esquina, por sobre mis hombros, los vi correr en cuatro patas. La saliva caía de sus afilados dientes. Pase por el cráter donde había embestido al anterior, quien se retorcía de dolor en el suelo. Mire hacia el agujero, estaban devorando a sus propios camaradas muertos. Me vieron pasar, como si fuera una deliciosa gallina. Un tiro en la cabeza les demostró que la gallina tenía un arma. Seguí corriendo. Más adelante un vehículo blindado, se acercaba a mi, les hice unas señas y escuche dos disparos provenientes del carro. Sentí unas detonaciones a mis espaldas. Los reptiles alcanzados por la explosión volaron por los aires. Pocas veces me sentí tan aliviado como cuando freno el coche blindado. Me zambullí dentro de él. Tras un breve chillido de las rueda, se lanzó por las inseguras calles. Dentro, había tres individuos, dos soldados y el Teniente Lan Danar.

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-Bienvenido amigo, lindo día eh!- Bromeó el soldado mientras manejaba

-Concéntrese en el camino soldado.- ladró el teniente -Bienvenido a bordo ingeniero, me alegra haberlo encontrado con vida- El Teniente jamas me habia dirigido tantas palabras juntas, era un tipo más bien parco.

-Que bueno verlo teniente, no quiero ingresar a la cadena alimenticia de este planeta.- bromee nerviosamente mientras me sentaba -Vamos al centro?- Pregunté ya que íbamos en dirección contraria.

-Estamos en misión de extracción, quedamos unos pocos vehículos afuera, vamos de camino al domo botánico, unos científicos están aislados allí, las instalaciones son blindadas, pero mejor llevarlos con el grupo- Me explico - Son familiares de un alto mando en Argonia, si no vuelven sanos el comandante me crucifica en la plaza- y estalló en una carcajada. Me hice la imagen mental del suceso, no me pareció gracioso.

-Están criando los hongos para trasplantar en el exterior, aunque ya haya terminado su trabajo. Que el planeta esté habitado lo cambia todo, debemos evacuar la colonia.- Se oían los proyectiles impactar contra el blindado.

-Este vehículo aguanta holgadamente el armamento visto hasta ahora, son como pedradas contra una montaña- Dijo tranquilizador - También tenemos un cañón de plasma- Dijo dándole una palmada a una brillante arma que sujeta al piso asomaba por la ventana. -Esta belleza es letal. ¿Cuanto falta soldado?- preguntó al conductor- Teniente, estamos llegando, pero diviso fuerte presencia enemiga adelante - En efecto, un grupo de reptiles sostenían una gruesa viga de acero como ariete, golpeaban duramente los cristales del domo blindado.

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No había manera de atravesarlo así, el cristal templado había sido fusionado con diamante a temperaturas muy altas en un ambiente presurizado. Solo había sido penetrado por los Manamem, con sus cañones gauss hace algunos años. De ahí en más solo se utilizaba para seguridad civil, instalaciones militares utilizaban escudos antimateria. Tecnología que se usa en el domo central.

El vehículo se detuvo a unos metros, más el ruido de los golpes contra el cristal nos hizo pasar desapercibidos.

-Voy a calcinarlos de una sola pasada- Anunció el soldado, ya sentado frente al gatillo, con la mirada encendida.

-Ahora - Ordenó el teniente.

Un haz de luz brotó del cañón e impactó contra los reptiles. Los pocos sobrevivientes, se revolcaban entre los escombros aturdidos por el impacto de la explosión. El equipo de rescate bajó decidido entre el humo y el polvo. Antes de que el primer invasor se despertase del sopor, los militares ya se encontraban sacando a la familia del general. Estos investigaban el comportamiento de los hongos en este inhóspito planeta. Se zambulleron literalmente dentro del transporte y se acurrucaron en un rincón. Estaban notablemente asustados. Las ruedas del vehículo chirriaron sobre el asfalto y se dispararon en dirección al domo.

Los enemigos brotaban del suelo persistentes como una mala hierba. Los veía deambular por las calles desorientados saliendo aun del letargo. Cada vez eran más. Algunos nos señalaban y disparaban con sus armas primitivas. Los proyectiles rebotaban en el blindado sin siquiera marcar la pintura. En la seguridad del transporte puse en orden mis pensamientos. Estos reptiles eran probablemente los habitantes originarios de este planeta. La radiación los obligó a hibernar bajo de la tierra esperando que la contaminación se disipe. Probablemente las excavaciones los despertaron de su letargo antes de lo planeado. Encontraron el ambiente habitable gracias a nosotros. La radiación pudo bien haber sido alguna explosión del sol, o bien algún suceso bélico de los primitivos habitantes jugando con sus primeras bombas. Al fin estamos entrando al domo inicial. El transporte se detuvo, lo peor ya había pasado. Ahora era prioritario ultimar los detalles para desocupar el planeta.