Muy interesante. Lo primero que se deberían plantear los padres es su propia noción de éxito. ¿qué es el éxito para ellos? ahí comenzarán a encontrar las respuestas a las expectativas que tienen para con sus hijos. Lo segundo que hay que reflexionar es el cumplimiento de las expectativas, de ¿quién?, cuando alguien dice que quiere que su hijo o hija sea doctor, o atleta u otra cosa, por qué lo manifiesta? por líneas generales son las expectativas no cumplidas de alguno de los padres, y son proyectadas a los hijos. Es un terrible error. El tercer aspecto es el talento. Un niño o niña, en la mayoría de los casos, y dependiendo su edad, no está seguro/a de lo que desea, o dónde está su capacidad nata, la familia es fundamental en acompañar (ojo! digo acompañar, no dirigir) la exploración del niño en la identificación de sus aptitudes, para empezar por allí a desarrollar el talento... El talento (que es la capacidad innata, pero desarrollada con el trabajo y la constancia) es en definitiva lo que dará resultado... pero la pregunta de fondo a responder es ¿quiero que mi hijo sea excelente en lo que haga, para que supere a todos los demás? o ¿quiero que me hijo haga lo que ama y se esfuerza por cada día hacerlo mejor y SER mejor, para ser feliz?... he ahí la cuestión. Cuando mis hijos me preguntan que qué quiero yo que ellos sean, suelo responderles: quiero que sean felices.