spanishchallenge entrada #1 El origen del escudo de Madrid

En la Villa de Madrid hay una curiosa historia sobre los símbolos que aparecen en el escudo de la ciudad: un oso y un árbol madroño (aunque tampoco esta claro que el árbol del escudo sea exactamente un madroño).

 Carlos Delgado; CC-BY-SA 

Cuentan que había una doncella muy bella, hija de un poderoso mago, que habitaba los bosques en la sierra de Madrid. La doncella estaba en edad casadera pero uno tras otro iba rechazando a todos los pretendientes. Su padre no estaba contento con dicha situación aunque consentía sus caprichos ya que era su única hija. Pero el tiempo pasaba y el mago cada vez desconfiaba más. Una noche, mientras simulaba que dormitaba frente a la chimenea, descubrió que su hija salia a hurtadillas de la casa y sin pensarlo, decidió esperar  y siguió a la doncella a la noche siguiente hasta llegar a un claro del bosque, donde aguardaba el humilde hijo de un panadero. De repente, lo comprendió todo: las salidas nocturnas, los pretendientes rechazados... Un gran mago no podía consentir un enlace matrimonial así. Entrando en cólera, convirtió al panadero en oso aunque no valoro que el alcance del hechizo también afectaría a su hija transformándola en árbol. Ciego de ira por lo que había hecho, se intento suicidar desde una peña de la sierra pero como fue un mago poderoso, no pudo morir y ascendió a las estrellas para meditar para siempre sobre todo el dolor que había causado en vida. Y para que no se olvidara la leyenda, los madrileños lo dibujaron en su escudo de armas: El oso, el madroño y las estrellas.

Fuente de la imagen: papaviral.com

Esto es un relato de ficción para el spanishchallenge. Sin embargo la historia real de como aparecieron esos símbolos es mas prosaica. Hasta 1222, en el escudo de armas de Madrid solo figuraba un oso y las siete estrellas de la constelación de la Osa Mayor. Después de 20 años de disputas entre el ayuntamiento y el cabildo eclesiástico por el disfrute de las tierras de pastos y bosques de los alrededores, establecieron los términos de un acuerdo que daba al clero los pastos y a la Villa de Madrid los arboles ademas de la caza. Para formalizar el contrato, al escudo del oso estrellado el concejo le sumo un árbol con un oso erguido sobre las patas traseras con la mandíbula dirigida a los frutos y el cabildo añadió unos pastos al suyo. Y para enrevesar la historia, tampoco el árbol es un madroño ya que se piensa que en realidad es un celtis australis, también llamado almez o lodón, una especie autóctona de Madrid. Un lio.