Una luz al final del tunel

Hace aproximadamente una semana rescate un joven gato de aproximadamente 6 meses.

Lo encontré encerrado en una caja, metido en un costal, por suerte podía respirar. Según me dijeron los vecinos llevaba desde la mañana en esa caja, pero nadie había revisado, quizás ni lo habían notado.

Su estado de salud aparentemente bien, solo algunas infecciones en la piel, con algunos baños en unos meses mejorara.

Lo lleve a mi casa, pero era demasiado tímido, por suerte no era agresivo. De inmediato lo solté se escondió en un rincón de una de la habitación. Preferí no molestarlo y darle su espacio.

Me estaba empezando a preocupar porque a pesar de comer y beber agua, su aptitud no mostraba cambios, siempre muy tímido, solo salía a comer cuando nadie lo miraba.
Después de siete días desde su rescate, hoy fue un gran día, decidió salir e integrarse, no teme a los perros y se la esta llevando bien con los demás gatos de la casa, se deja acariciar, aunque con cierto temor.
No alcanzo a imaginar que tipo de abuso recibió, su avance seguirá lento y, encontrar una familia que lo adopte será todo un reto, debido a su desconfianza hacia los humanos.

Estaba esperando este cambio con ansias, pues aun no a sido revisado por un veterinario, también debe ser esterilizado. La idea es que cada día confié más en las personas.