Hace varios meses mi gran amigo Silvio Loreto (@hormigaobrera) solicitó mi ayuda para los proyectos finales de nuestra materia "Taller de Cine II". Quería que le ayudara con la edición de sus cortometrajes (uno documental y uno de ficción), y no hizo falta que insistiera demasiado para hacerme aceptar. Después de todo, Silvio es una de las personas más talentosas que conozco, desde hace mucho que quería trabajar con él, y estoy seguro de que él estaría más que dispuesto de ser yo el que necesitara su ayuda.

El proceso de montaje de ambos cortos, que terminamos la semana pasada, duró casi 4 días, en los que trabajamos muy arduamente. Silvio ha estado haciendo un breve resumen de lo que fue nuestro trabajo esos días, además de contar el resto del proceso de producción, y presentar el trabajo final. Los invito a que se pasen por su post, y dejen todo el feedback que puedan sobre el resultado de nuestro trabajo: una opinión honesta es el mejor regalo que se le puede dar a cualquier artista.

Por mi parte, voy a comentarle algunas lecciones que aprendí durante estos días de trabajo, esperando a que puedan servir de inspiración o de guía al algún otro aspirante a cineasta que haya por acá en Steemit.

1.- El montaje es el momento para dejar volar la creatividad

Todo el que haya estado involucrado en un proyecto audiovisual debe saber de primera mano que el rodaje no es momento para "estar inventando". El tiempo es límitado (y sale caro), los actores y el equipo se distraen si pasan mucho rato sin hacer nada, la iluminación o el clima pueden cambiar de un momento a otro, etc. En el rodaje todo debería estar perfectamente calculado, y llevarse a cabo con precisión milimétrica (sabemos que esto nunca ocurre, pero hablamo de lo que debería ser el ideal).

El montaje, en cambio, es el momento ideal para experimentar. Uno llega al montaje con un plan, pero debe estar dispuesto a cambiar lo que sea necesario para conseguir el mejor resultado final. Si hay algún plano que, cuando se ponga al lado de los otros, no funciones, no se debe tener piedad alguna en eliminarlo. Si hay algún corte que se sienta brusco o que llame particularmente la atención (a menos que sea esa tu intención), se debe jugar con todas las herramientas que se dispongan para intentar solucionarlo: probar tomas alternativas, mover el momento del corte entre planos, jugar con la banda de sonido (más sobre esto en el próximo punto), o cortar hacia algo completamente diferente de lo que se tenía planeado.

Este juego que permite el montaje fue particularmente notable cuando trabajamos en el cortometraje documental. Para este no disponíamos de un guión claro, y no podíamos utilizar algún diálogo para intentar dar coherencia a lo que se quería contar. Solo contábamos con el archivo de tomas capturadas por Silvio a lo largo de varios meses, y sus ideas sobre los significados que había conseguido en ellas. Así comenzamos a trabajar, experimentando, moviendo tomas de un lado a otro, y después de horas y horas, logramos dar con un resultado bastante satisfactorio.

2.- El sonido puede llegar a ser más poderoso que las imágenes

Recuerdo que cuando comenzamos a montar el documental, para hacer el primer corte en bruto, apagué el sonido. Silvio preguntó por qué lo hacía, y le respondí algo así como "si le dejo el sonido todos los cortes van a verse mal". Y es que ya hace mucho que los estudiosos del montaje han establecido que el oído es muchos más sensible a los cambios bruscos que la vista (la explicación de esto es fascinante, pero me llevaría un post entero escribirla :/ ). Trabajar el sonido de los cortometrajes llevó casi la mitad de todo nuestro tiempo, y fue el momento en el que verdaderamente comenzaron a cobrar vida.

Una de los trucos que usamos de forma recurrente durante el montaje (tanto que comenzó a hacerse un chiste interno), fue el uso de las elisiones. Una elisión es una superposición del audio de una escena (o toma) sobre la imagen de la escena anterior o posterior. De esta forma se evita que corten al mismo tiempo la imagen y el sonido, y ambos cortes terminan pasando desapercibidos. Hagan la prueba, vean ambos cortometrajes prestando atención a esto, y verán que usamos este truco casi en cada corte (y cumplió su propósito satisfactoriamente).

Un apartado en donde fue particularmente divertido jugar con el sonido fue en el cortometraje de ficción, en donde teníamos un televisor que pasaba por diferente canales a lo largo del corto. Teníamos también una amplia librería de grabaciones proveniente de nuestra hilarante televisión nacional venezolana, y podíamos usarlos casi como quisiéramos. De nuevo, la mente del señor Loreto funciona de una forma incomprensible para mí, y llegó a crear significados muy divertidos que no estaban planeados en ninguna parte del guion, simplemente al elegir adecuadamente qué programa poner en cada parte del corto.

3.- El reshoot es una herramienta poderosa (pero no siempre se puede depender de ella)

Así se veía nuestro timeline luego de cuatro días de trabajo.

Tuvimos la suerte de poder comenzar a editar estos cortometrajes con un par de semanas de anticipación, y esto nos permitió algo que no siempre es una opción: volver a rodar escenas que no funcionaban bien en el rodaje. Y es que no es lo mismo ver las imágenes en el propio set, en vivo o a través de la pequeña pantalla de la cámara, que verlas en pantalla completa, ya unida a las demás tomas. Y no hay nada más frustrante que tener que ver una y otra vez una toma mal grabada, intentando arreglarla de alguna manera cuando ya no hay nada que se pueda hacer.

Luego de una primera sesión de dos días de edición, Silvio se fue de mi casa con una lista de tomas que quería repetir, por motivos bastante variados: actuaciones que no le convencían, fallas de racord, tomas demasiado cortas, o simplemente nuevas ideas que habían aparecido durante el montaje. Sin duda esto mejoró notablemente la calidad del resultado final.

De esta experiencia saqué una conclusión, que intentaré aplicar de ahora en adelante en mis trabajos audiovisuales: intentar revisar el material, y hacer un primer montaje de este, durante los propios días del rodaje (que igual uno no se pasa 16 horas al día rodando). Así, se pueden detectar los fallos, y repetir las tomas que hagan falta, cuando todavía el rodaje no ha llegado a su fin. Esto sin duda puede evitar muchos dolores de cabeza.

4.- La importancia del trabajo en equipo

Una de las cosas que más me choca a veces de nuestros trabajos universitarios (especialmente en esta materia, Taller de Cine) es el empeño en que trabajemos de forma individual. Yo me pregunto, ¿de cuando acá es el cine una actividad individual? Quitando casos muy muy concretos y experimentales, el cine siempre se lleva a cabo en equipo, y es esa gran parte de su magia.

El trabajo en equipo con Silvio fue realmente fluido y gratificante. Él llegó con ideas bien concretas sobre lo que quería, pero aun así aceptaba con gusto casi cada sugerencia que le daba. Las pocas ocasiones en que no lográbamos ponernos de acuerdo, eran resueltas con un "vamos a dejarlo así mientras tanto, y cuando esté todo listo vemos cómo funciona" (y diría que la mitad de las veces tuvo él la razón, y la otra mitad la tuve yo). También nos sirvió de ayuda mi hermano @wildermanjnm, que fue nuestro "publico experimental", y nos prestó su honesta opinión cuando ninguno de los dos estábamos muy claros de si estábamos haciendo una locura o no.

Este proyecto fue agotador, pero muy gratificante y divertido. Tuvimos incluso la oportunidad de pegarnos unas cuantas risas, especialmente cuando Silvio me pidió que editara esta obra maestra. Espero con ansias las próxima vez que podamos trabajar en un proyecto juntos; tengan por seguro que seguiré por acá, y compartiré con ustedes toda la experiencia. Muchas gracias por leerme :)

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Los invito a seguir al señor @hormigaobrera, y a ver el resultado de nuestro trabajo juntos acá:

ANHELO FORZADO - Documental
JAULA - Ficción (Próximamente)