Es el mismo fenómeno que ocurre cuando escuchas tu voz grabada, que suena completamente distinta a la voz a la que estás acostumbrado —aunque ahora que lo pienso no sé si eso le pasa a los demás o si es que yo soy rarito. Como bien dices, la cámara ofrece un nivel de objetividad que nuestra mente no es capaz de procesar con nuestros sentidos. Es pasar de la subjetividad de un plano en primera persona a un plano general, en que nos dan mucha más información sobre la situación, y sobre todo el personaje. Quizá esa información extra sobre nosotros mismo es lo que nos aterra. El contraste entre lo que creemos de nuestra persona y lo que realmente perciben los demás de nosotros es bastante terrorífico. Y ahí sólo queda tomar una decisión: ¿Preferimos apreciar esa información extra objetiva que nos proporciona la cámara, o preferimos vivir en la ignorancia? Personalmente, no me gusta la ignorancia XD

PD: Todo este texto me recordó bastante a Cowboy Bebop y la forma en que los personajes deben lidiar con el pasado y con la disonancia entre su percepción de los acontecimientos y la realidad. Si no conoces la serie, sólo te diré que es una obra maestra del anime, y te recomiendo infinito que la veas...