Desde hace años me estaba dando vueltas en la cabeza la idea de dejar el liceo, a raíz de algunas experiencias que convergieron en que perdiera el interés en los estudios. A partir de ese momento comencé a investigar sobre los problemas del sistema educativo y me di cuenta que éstos van más allá de lo que había imaginado en un principio. Así, no sólo perdí el interés en mis estudios, también le terminé agarrando asco al liceo y comencé a odiar cada minuto que me encontraba en aquella cárcel que llamamos salón de clase.

Desde hace dos años era común para mí faltar a clases de forma recurrente, al menos una vez por semana, y la frecuencia de mis faltas fue aumentando con el paso del tiempo. Así pasó un año y medio y comencé a cursar mi último año de bachillerato. Tan sólo el primer día de clases ya había perdido el poco entusiasmo que tenía por volver al liceo y reunirme con mis amigos. Falté a más de la mitad de clases, las cuáles además eran pocas por la crisis de profesores que tenemos actualmente en Venezuela. Terminé el primer lapso de mi último año de bachillerato, siendo mi peor lapso desde que estoy en el liceo: reprobé tres de las seis materias que estábamos cursando —en teoría debíamos ver 11 materias. Al comenzar el segundo lapso, luego de dos semanas en las que sólo asistí un día a clases, no lo soporté más y, con la aprobación de mi familia, decidí abandonar el liceo a medio año de graduarme. En este artículo les quisiera explicar las razones que me llevaron a tomar esta decisión, además de mostrar cuál fue la gota que colmó el vaso; el detonante que me hizo abandonar el liceo.

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Me robaba tiempo

El tiempo es, para mí, lo más preciado que hay. Siempre está avanzando, y si te distraes por 5 minutos, nunca volverán. Hasta ahora la ciencia no ha logrado descubrir la cura para la muerte, por lo que nuestra existencia tendrá un final, lo queramos o no. Vivimos la vida cual nivel a contrarreloj en un videojuego. Por eso una de las cosas que más odio es que jueguen con mi tiempo, y la educación —básica, secundaria y superior— es una profesional en este área, siendo la secundaria la que destaca sobre todas. Los niños tienen pocas cosas en las que invertir su tiempo y no son conscientes de la mayoría de sus acciones; los universitarios tienen mucha mayor libertad para decidir sobre sus horarios de clase. Los adolescentes, por otro lado, tenemos mucha más consciencia que los niños y mayores intereses en cosas que podrían definir significativamente nuestro futuro, pero carecemos de la libertad de elección de los adultos jóvenes.

La adolescencia, en mi opinión, es la etapa de crecimiento más significativa para las personas. Es el momento en que comenzamos a tener consciencia de nuestros actos y nuestras decisiones. Lo que hagamos durante esta época lo recordaremos por el resto de nuestra vida, a diferencia de gran parte de la niñez, que se borrará de nuestra memoria. La adolescencia es el momento perfecto para explorar nuestros intereses y sentir curiosidad. Es el momento de descubrir qué nos gusta y nos apasiona, para saber a qué querremos dedicar el resto de nuestra existencia. Sin embargo, al menos en Venezuela, el liceo nos impone qué materias debermos aprender y las horas exactas que tendremos que pasar aprendiéndolas. No tenemos ningún tipo de decisión en nuestra educación. Como somos educación, seguramente no tenemos ni idea de la vida, somos descerebrados y todos necesitamos de el Estado que nos guíe en qué aprender y cuánto aprenderlo.

Así pasamos la mitad del día, cinco días a la semana encerrados en un salón de clase "aprendiendo" temas que posiblemente no nos interesen, sin tener en cuenta todas las horas que tendremos que pasar en casa haciendo tareas para cada materia. Los adolescentes que verdaderamente tienen pasiones ven cómo les arrebatan el tiempo que podrían dedicar a hacer lo que aman, en lo que son buenos, sin poder hacer nada al respecto. Se supone que uno de los objetivos de la educación es evitar la holgazanería de los jóvenes, pero, al afectar de forma tan negativa a aquellos que hacen actividades y tienen intereses y pasiones, los que salen ilesos son aquellos holgazanes que todo lo que tienen que hacer es ir a clases y hacer tareas, para luego tener un poco de tiempo que puedan perder haciendo cosas superfluas. ¿No han pensado que esa pueda ser una de las razones de que los adolescentes sean tan indolentes?

Asume que todos somos iguales

Otro problema con el sistema educativo es asumir que todos necesitan exactamente la misma educación, sin considerar nuestros gustos o habilidades. Dicen que quieren una generación de jóvenes creativos y preparados para muchas áreas, pero ¿cómo esperan creatividad y variedad y todos aprendemos lo mismo? El sistema educativo no quiere que tú seas tú; no le interesa quién eres tú. Todo lo que busca es que pases de ser tú a ser su modelo estándar de "joven preparado". ¿Qué no te interesa la física? Pues el Estado dice que debe interesarte, y que será útil para tu futuro que sepas cómo calcular el radio de la Tierra a partir de las sombras de un lápiz. ¿Te apasiona la cocina y quieres dedicar tu vida al arte culinario? Mala suerte, parece que la habilidad para la cocina no está dentro del modelo apropiado de joven que tiene la educación.

Además de asumir que todos aprenderemos de la misma manera. En mi salón de clase de este año habían 41 alumnos y, como entenderán, es imposible que todos aprendamos a la misma velocidad en todas las materias. Están los que son muy aplicados a los estudios y aprueban todas las materias, los que son buenos en algunas materias que les interesan pero otras se les dificultan mucho, y aquellos que no logran aprender nada porque el sistema de enseñanza no conecta con ellos, al igual que los que perdieron el interés a los estudios y ni siquiera intentan aprender. El sistema educativo asume que absolutamente todos los estudiantes deben calificar en el primer grupo, y si estás un poco por debajo del nivel y repruebas una materia, eres ignorado. No existes para ellos. Si evalúan un tema y repruebas la evaluación nadie se preocupará por explicarte de nuevo para asegurarse que hayas aprendido. Seguirán adelante sin que tú puedas entender el siguiente tema porque no entendiste los temas previos. Así, terminas siendo abandonado por el sistema, ignorado y posteriormente olvidado. Y debes hacer todo lo posible por mantenerte a flote, porque no quieres repetir el año. De esta manera nacen los "estudiantes mediocres" de los que muchos adultos están decepcionados sin considerar que las bajas notas tal vez no sea del todo culpa del estudiante.

Los profesores son lo peor que existe

A los profesores se les concede demasiado poder sobre los alumnos, y la mayoría lo ejercen cual dictador que se burla de su pueblo. Debo recalcar que no todos los profesores de comportan de esta manera, pero yo tuve la fortuna de tener demasiados profesores que se comportaban como imbéciles.

Los profesores, en teoría, deben ser una guía para los adolescentes, y deben aportarles conocimiento y valores. Muchos toman este concepto, y creen que tienen muchos derechos sobre el alumno que no les competen. Además de tener las evaluaciones y las notas para chantajear y extorsionar a los estudiantes. Y como no sé si esto es un problema general, voy a tomarme la libertad de, por un momento, contar algunas experiencias personales con profesores abusadores.

Comenzaré por hablar de la profesora de matemáticas y biología, tan amada por todos los estudiantes del liceo —espero que se note el sarcasmo. En teoría con ella debíamos aprender matemáticas y biología, y tengo entendido que cuando un profesor está enseñando una materia, las evaluaciones deben tener relación con la materia. Esta profesora no lo tenía tan claro. En su materia tuvimos que hacer adornos con cauchos —nada fáciles de conseguir en Venezuela—, tuvimos que entregarle libretas decoradas, tuvimos que llevar adornos navideños, y tuvimos que salir de paseo con ella a sitios de la ciudad que no aportaban nada a la materia, entre otras cosas. Todas estas actividades fueron evaluadas y, al no someterme a la humillación de hacer tales estupideces para se clase, reprobé muchas veces su materia y fue la única profesora con la que tuve que ir a reparar en mis 4 años y poco de bachillerato.

Por otro lado está la profesora de psicología que, sinceramente, todos queríamos bastante. Su clase era la única que puedo decir de manera honesta que me gustaba. Sin embargo creo que esta confianza que teníamos con ella se pasó un poco de la raya. Los pongo en contexto. El primer lapso de este año fue desastroso, yo reprobé la mitad de las materias, pero no fui el único. Gran cantidad de mis compañeros perdieron el interés en la educación y dudo que yo fuera el primero que dejara el liceo, ya que algunos no los veo desde hace meses, aunque siguen estando en la lista de la clase —tampoco creo que vaya a ser el último en abandonar el liceo. Mi salón fue el que tuvo las peores notas de todo quinto año, así que esta profesora sintió la necesidad de reprendernos. Así que al comienzo de este lapso nos sorprendió con su presencia —ya que este año no tenemos clase con ella— y nos dijo, de manera muy seria, que todos los que reprobamos materias debíamos regalarle un chocolate. También nos dijo que el que repruebe alguna materia este lapso no podrá ir al acto de graduación. Parece que yo no podré ir ya que las reprobaré todas. Lo siento profesora. Lo siento también por no haberle dado nunca su chocolate, están un poco caros y ahora que no voy al liceo no estoy obligado a hacer nada.

Por último me gustaría compartir con ustedes una evaluación de un profesor. Lean todas estas preguntas que a continuación estaremos comentando:

Estas eran preguntas para una evaluación que se llevó a cabo esta semana para biología. Dicha materia es "enseñada" por el "profesor guía" de mi salón, quien es una persona sumamente pedante, egocéntrica y que no soporta ser criticado, pero que le encanta criticar a los demás de la manera más chocante posible. Ahora que comprenden la situación podemos pasar a analizar las preguntas.

La primera es una pregunta normal, con la que debíamos investigar sobre la evolución, tema muy relevante si queremos estudiar la biología —aunque debo decir que es un tema que ya debería estar más que superado para estudiantes de quinto año de bachillerato. El problema real comienza de la segunda dos, hasta la pregunta cuatro. ¿Alguien me explica qué tiene que ver eso con la biología? Entiendo la relación de la divergencia con la selección natural pero ¿en serio es tan importante como para hacernos buscar el concepto de la palabra, además de buscar también el concepto de su antónimo? Como sea, continuemos. De la pregunta cinco a la pregunta siete están aceptables, son coherentes con la materia, aunque me cuesta ver una relación entre la cadena alimenticia y la teoría de la evolución, pero es algo que puedo ignorar al compararlo con otras de la evaluación. La octava pregunta tiene el claro problema de estar indicada con un emoji, eso nunca es un buen indicativo de un cuestionario muy pensado. Pasemos rápidamente algunas preguntas hasta la número doce, que es tan impresionante que necesitaré hacer un párrafo nuevo para analizarla.

"12) Si el hombre y las mujeres serían especies diferentes ¿cual seria la especie dominante y por qué?". Comencemos por el hecho de tener un error gramatical, al escribir "serían" en vez del pretérito imperfecto del modo subjuntivo del verbo, "fueran" —aquí me quise poner técnico pero no estoy seguro si así se llama dicha conjugación, en cualquier caso tiene un error gramatical. Ahora vayamos a lo importante del asunto... ¿qué clase de pregunta es esta? Es una duda seria. No sé cómo responder esta pregunta. No sé qué esperaba el profesor que yo respondiera. Al final del día todo lo que se me ocurrió fue responder "Si el hombre y la mujer fueran especies diferentes ambos se extinguirían porque no podrían reproducirse". Una respuesta absurda para una pregunta absurda. Y antes de terminar me gustaría resaltar fugazmente la última pregunta del cuestionario, ya que estoy bastante seguro que antes de Cristo no existía ninguna teoría de la evolución.

Este lunes me dispuse a responder estas preguntas pero luego de reírme durante un buen rato junto a mi hermano, y burlarnos mucho de la evaluación, decidí hablar por última vez con mi madre sobre dejar el liceo, esta vez con pruebas de que no me estaban enseñando nada y que mis profesores tenían serios problemas. Para mi sorpresa dio resultados, por lo que mañana se cumple una semana desde que abandoné el liceo. Y debo decirlo, nunca me he sentido mejor.