Una noche distinta a otras

La opresión en el pecho me despertó en medio de la noche. Mi corazón estaba tan oprimido que apenas sentía que podía respirar.

Quería creer que estaba ante un ataque de ansiedad. Quería creer que ésta cesaría de un momento a otro una vez que respirara de manera profunda, con los ojos cerrados y escuchando la voz de la dama de aquella aplicación que había descargado por consejo de otros. Quería creer que los problemas de la familia, del trabajo y de la vida en general eran la causa de ese constante malestar.

Quería creer que, aún cuando me he hecho muchas pruebas para descartar un posible mal cardiaco, todo estaba en la mente.

Sin embargo, una recóndita parte de mí está segura de que esta noche es muy distinta a otras. Ignoro a qué se deba ese pensamiento, pero si lo que ha de sucederme es la muerte misma, entonces la he de recibir con una sonrisa. Aquello era lo único que podía hacer a estas alturas del partido.