Reseñas fílmicas IX: Asesinato en el Orient Express (1974)

Ojo: Puede contener spoilers.

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Continuamos desde el día de ayer con este improvisado ciclo de cine A la Agatha Christie. Esta vez con dos películas, Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo. La primera, la cual vamos a abordar en este post, fue dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por un reparto casi de lujo: 

• Albert Finney como el carismático detective Hercules Poirot.
• Richard Widmark como Sam Ratchett, ex mafioso acusado del asesinato de una niña... Y víctima, a su vez, de asesinato.
•  Anthony Perkins como secretario del occiso.
• Lauren Baccall como Harriet Hubbard, mujer norteamericana deseosa de regresar a su país.
• Ingrid Bergman como Greta Ohlsson, misionera ultra-religiosa.
• Michael York como el conde  Rudolf Andrenyi , diplomático ruso que viaja con su esposa, Yelena.
• Sean Connery como el coronel Arbuthnot, oficial del ejército británico comprometido con una joven norteamericana.

Había otros artistas más, pero sin duda alguna los anteriormente mencionados fueron los más destacados en sus actuaciones. 

Ahora bien, el film inicia con varios recortes de periódicos. Éstos nos narran el secuestro  y asesinato de Daisy Armstrong, una niña pequeña hija de una pareja rica, suceso que dejó como consecuencia la subsiguiente muerte de la pareja (la madre por el parto y el padre por suicidio). Años después vemos a Poirot llegando a Estambul, su punto de enlace entre Mesopotamia y Londres, su hogar. En la estación se encuentra con el señor Bianchi, amigo suyo y ejecutivo de la compañía dueña del Orient Express; así mismo, el espectador empieza a conocer a los futuros pasajeros del tren, desde una pareja de diplomáticos rusos hasta un millonario de muy mal carácter.

Todo parecía normal; los pasajeros pasan el tiempo charlando entre sí, leyendo o durmiendo según su humor. Sin embargo, el itinerario de viaje es interrumpido; la locomotora está atrapada en los Balcanes debido a una fuerte tormenta de nieve. Por si fuera poco, aparece muerto un pasajero.

Poirot, primero renuente y después sin otra opción, acepta la petición de ayuda de su amigo. Éste y un médico, el doctor Constantine, ayudan a Poirot a analizar las pistas que poco a poco iban apareciendo a lo largo de la trama. El final fue impactante, muy al estilo de Christie: No fue uno.

No he tenido la oportunidad de leer la novela para poder realizar una comparación entre ésta y las dos adaptaciones de la misma que he visto este año (la de Lumet y la de Kenneth Branagh), pero espero que este año logre leerla y reseñarla. 

Ahora, en cuanto a actuaciones, he de decir que todas fueron espectaculares; de hecho, fue por este film que Ingrid Bergman se ganó un Óscar como mejor actriz de reparto; así mismo, este film consiguió otras nominaciones más, contándose el de  mejor actor (Albert Finney) y mejor banda sonora (Richard Rodney Bennett). 

El argumento fue muchísimo mejor de lo esperado: Fue capaz de sacarte al menos una sonrisa, de hacerte pensar quién pudo haber sido y, sobre todo, de dejarte en shock. Lo último, por alguna razón, fue algo que no me generó la adaptación de Branagh, y eso que fue la primera adaptación de la novela que he visto. 

Ahora bien, creo que este film estaría genial para los fans de la escritora que buscan adaptaciones más o menos fieles al libro, y para aquellos que se sienten nostálgicos por las décadas de los afros y la música psicodélica.

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Para mayor información consultar:

• Asesinato en el Orient Express, en Wikipedia.

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