Medea

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Medea miró a su padre con sorpresa. Belerofonte, rey de Thornwald, le había anunciado que se casaría ni más ni menos que con el príncipe Antderes El Hermoso, el onceavo hijo del emperador de Fersia. Ella, la hija menor del gran aliado del Imperio Fersí, casarse con el príncipe más codiciado de la tierra... 

-Tiene que ser una broma... Padre, ¿en verdad él me eligió?

-¡Por supuesto! Le fascinaste desde el primer día que te vio. De hecho, en tres días vendrá de visita.

Medea guardó silencio por un largo rato. Belerofonte asumió que su hija demostraría su alegría en cualquier momento. Ella sería la afortunada en casarse con tan atractivo príncipe, un sueño que muchas jóvenes tenían desde siempre. Sin embargo, Medea pronunció las palabras que lo dejaron consternado: 

-No me casaré con él.

-¿Qué...? 

-No pienso deshonrar a nuestro pueblo con semejante matrimonio. 

-Medea, hasta no hace mucho pensabas, soñabas con casarte con él. Y justo cuando se te da la oportunidad, ¿lo rechazas? Además, ¿desde cuándo te preocupas por el pueblo? 

-Desde siempre. 

Un silencio surgió entre los dos. Medea, sosteniendo la mirada con valor, sopesó bien las siguientes palabras que tenía que decirle a su padre. Lo que pronunciara podría desviar o no el curso de los acontecimientos de la nación. Si bien era muy probable que su padre  tachara lo que dijera como una tontería e incluso le dijera que no sabía nada, sabía que debía intentarlo.

Públicamente ella parecía una princesa más rodeada de damas de compañía, con atavíos de última moda y sin mayor conocimiento que el que sus tutores le proporcionaban, pero aquello era solo una careta para ocultar su preocupación por lo que sucede su alrededor.

Por supuesto, Antderes le parecía atractivo, y hasta ahora no había encontrado información que contrariase los dichos populares sobre su personalidad, pero estaba segura que todo eso era solo para guardar las apariencias. "Como en todo", pensaba mientras que, suspirando, enunció:  

-Padre, sé y entiendo tu desilusión, pero si realmente quieres verme feliz, te ruego de la manera más apremiante que consideres buscar otros aliados en... En el Sur.

Belerofonte la miró incrédulo. Medea añadió:

-El Sur es algo más que pueblos salvajes, padre. Ahí podemos encontrar aliados quizás mucho más poderosos que el Imperio mismo... 

-¡¿Aliados más poderosos? ¡Medea, ¿has perdido la cabeza?! ¡¿Qué pueden ofrecer esos salvajes?!

-¡Ellos no son salvajes! 

-¿Ah, no? ¿Y cómo lo sabes? ¿Acaso has estado ahí, en esa región inhóspita?

-¡Sí! 

De inmediato la joven confesó que ella no había pasado el verano en Ta'arak-Tseló, sino que había acompañado a Élenai, antigua esclava y ahora dama de compañía, a Esparta. Le describió con nostalgia sus calles, sus edificios, su gente,  las costumbres, y la religión que profesaban. Incluso le describió su encuentro con Aslan, el nuevo rey de Esparta, así como el interés de éste y de los otros reyes sureños en estrechar lazos con Thornwald. 

Belerofonte no podía creer lo que estaba escuchando. Su hija había hecho en meses lo que sus embajadores tardaron lograr en años con los reinos colindantes. ¿A quién le había heredado semejante tenacidad?

-Joder que si hubieras nacido hombre, habrías sido el más tenaz de los reyes -farfulló, dejándose caer en su sillón favorito -.  ¿Y qué piensas hacer con el compromiso que he acordado con el embajador del emperador?

-Ser franco y directo: Que Antderes es grato para los ojos de cualquier mujer, pero su personalidad deja mucho qué desear para el pueblo.

-¿Quieres provocar una guerra?

-La guerra ya está aquí desde que tomó Tracia y asesinó a traición a los 12 jefes de las tribus. Y hará lo mismo hasta con nosotros y con el Sur si no nos aliamos.

-¿Ya alguno de ellos te pidió matrimonio? 

Medea guardó silencio por un momento. El rey, mirándola fijamente, no tardó mucho en figurarse la respuesta.

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Nota de la autora: Este relato surgió de mi mente cuando leía un fanfiction de Vikings y me acordaba del filme "300".  Así mismo, el relato retoma algunas ideas que hace tiempo publiqué en Wattpad, mismas que les di un nuevo giro. Ahora bien, la Esparta de este relato no es la que aparece en los libros de historia, sino más bien una Esparta que combina algunos de sus elementos históricos (el tipo de educación que recibían, más que nada) con elementos modernos (tipos de pensamiento, religión).   

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