Mamá humana, papá lobo (IV)

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Ok, esto parece de locos.

Si antes aparecía en mi balcón un venado y un cerdo muertos, ahora aparece la carne de esos animales cortados de distintas maneras, sea en trozos, en bistec, o en pedazos gruesos para deshebrar. Las frutas y las verduras siempre me las trae en costales cada quince días. Todo eso a cambio de quedarse en el departamento. 

Me parecía justo, pues él se encargaba de la comida. Ahora, en cuanto a la renta, tanto él como yo nos detuvimos a pensar cómo hacerle, puesto que los costales eran robados de los supermercados. La solución a la que hemos llegado él y yo es voltearnos hacia el internet; ahí había páginas en línea especializadas en freelancers y en criptomonedas. Las últimas serían de mayor ayuda, pues se podrían convertir en una suerte de caja de ahorros para el bebé.

O al menos eso me aseguró.

¿Y su forma humana? ¿Quién era este tío que se preocupa tanto por mí y por el bebé? La respuesta la obtuve justo ahora, y por eso estoy tratando de mantenerme calmada en el baño de la casa mientras que el señor Stevenson me preguntaba si me encontraba bien desde el otro lado de la puerta. En respuesta a su pregunta, abrí la puerta y, en un tono serio, le dije:

-No estoy bien... Charles. ¡Estoy literalmente a punto de enloquecer!

Charles, mirándome con comprensión, me replicó: 

-Mi mamá actuó como tú cuando mi papá le dijo lo que era, ¿sabes? Y entiendo lo estresante que puede ser para ti esto, pero necesito que confíes en mí, ¿ok? Necesito que te calmes, pues lo que te diré es tan importante como la búsqueda de empleo.

Suspiré con la intención de estar en calma y, escoltada por Charles, me senté en el sofá con él a mi lado. 

-Pienso volver a trabajar como abogado por mi cuenta. Empezar desde cero, prácticamente.

-¿Y cómo vas a hacer eso? Tus clientes ya le están dando preferencia a los Davis.

-Como al principio cuando salí de la universidad: con gente común y corriente, y precios razonables. Quizás no paguen mucho, pero eso sería un comienzo.

-¿Y qué va a pasar con las rentas atrasadas? Los Penman han esperado mucho y no quiero que me reclamen por no haberles pagado.

Charles sonrió. Con aire desenfadado, se recostó en el sofá y me respondió:

-Eso ya lo tengo solucionado. 

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Parte V 

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