V. Kasparov: La mosquita muerta

in #spanish7 years ago
Era un día caluroso de verano. Por la mañana Ariel se había levantado desganado y cansado. Llevaba varios días durmiendo poco y mal, a causa de las altas temperaturas nocturnas. Al mediodía se fue a un centro comercial, se comió una hamburguesa con patatas, acompañada de una cerveza bien fría y se sintió mejor. Decidió mantener ese estado de relajación apagando el teléfono y entrando al cine.

Dos horas después, al salir del cine, se encontraba en mucho mejor estado de ánimo que cuando entró. Decidió volver a encender el teléfono y con sorpresa y disgustó vio que tenía 7 llamadas perdidas, todas desde un mismo número. Pudo reconocer ese número. Era de un cliente. Un prestamista al que conocía de hacia años. Por eso no se comunicaba con él a través de la web. Seguro que era para cobrar algún impagado. No lo llamaba mucho, solo en los casos más difíciles, pues él cobraba el 35% de lo que recuperaba. Si además le pedían darle un escarmiento al deudor, eso lo pagaban aparte. Llamó al número, era el teléfono fijo de un restaurante, pidió mesa para dos y paella de parte de Don Simón. Esa era la contraseña.

-¿A qué hora puedo pasar? – Preguntó Ariel

-Se la tendremos lista, pase cuando quiera- Contestaron. Eso significaba “el rana” estaría toda la tarde en el restaurante. Decidió ir para allí en ese mismo momento. Cogió un taxi y en 25 minutos entraba en “El bandolero” -Menudo nombre para un restaurante que es tapadera de negocios ilegales- Pensó Ariel.

Al entrar saludo al camarero y se dirigió a la barra.

-Está el Sr. “Rana” –pregunto con sarcasmo Ariel al barman.

-Está en la cocina, enseguida sale. – En ese momento apareció el Rana. Tenía unos 55 año, vestido con traje y corbata, gordo, con entradas en el pelo que avisaban de una inminente calvicie, y fumando un puro. Era alto, resoplaba hasta para levantarse de la silla y era el peor pagador que conocía, sus cheques no servían ni para limpiarse el culo. Qué paradoja que lo contratara para cobrar deudas un tipo que tenia impagados por todos lados.

-Hola Ariel- Saludo el rana- ven siéntate.- Se sentó en una mesa y llamó al barman.

-Tráeme una copa de vino tinto, un cabernet ¿Tú qué quieres tomar Ariel?

-Yo lo mismo- Dijo Ariel.

-Tráete la botella y dos copas- le grito el rana al barman.

-Bueno, ¿de qué se trata?- pregunto Ariel. El rana se rio.

-Lo de siempre Ariel, lo de siempre. Un idiota que me vino suplicando que le ayudara. Decía que tenia comprador para algo suyo, drogas me imagino. Que era muy buen negocio, según él ya estaba hecho y que lo quería para retirarse del negocio. Tenía una novia que no aceptaba sus negocios y quería comprarse un coche para trabajar con Uber.

-¿Y?- preguntó Ariel.

-Pues nada, siempre escusas, dice que viene y no aparece, ahora ya ni me contesta al teléfono… Lo de siempre Ariel.

-¿Cuánto le dejaste?- El rana mostró dos dedos

-¿2.000, pero para esta mierda me llamas?

-No, jojojo, 20, Ariel

-¿20, y cuanto tiempo hace?

-ya va para cuatro meses

-¡Ostia puta! Y ¿Ahora me llamas? Pero si ha tenido tiempo de gastárselo todo y desaparecer.

-Joder Ariel, es que tu cobras mucho.-dijo el rana

-Yo no cobro, recupero. Tú ya lo habías perdido todo.

- Pero irse no se ha ido, está muy enamorado y se donde está viviendo con la novia.- dijo el rana.

-Está bien, dame la dirección y dime como es el tipo y como se llama.

El rana le dio la información y Ariel se fue para acabar con el encargo lo más rápido posible. Ya eran las 5 de la tarde. Llegó al edificio donde vivía el moroso. Al tipo lo conocían como “El pecoso”, tendría la altura de Ariel, delgado y muy hablador. Ariel pensó en llamar por el interfono a otro piso y con alguna excusa lograr que le abrieran. Pero en ese instante salía una mujer, Ariel aprovecho la ocasión, saludo a la señora y entró como si él mismo fuera del edificio.

No había ascensor. Subió hasta el quinto piso tranquilamente. En el rellano vio que solo había dos puertas, una en cada punta. -Mejor, menos ruidos oirían los vecinos-pensó. Llamó al timbre. De inmediato oyó el ruido de unas chancletas acercándose. Abrió la puerta un tipo de unos 25 años, rubio, guapito, en calzoncillos y camiseta con la cara llena de pecas, no había confusión posible.

-¿Sí?- pregunto “el pecas”

-¿Es usted “el pecas”?-Pregunto Ariel

-¿Quién es usted? Pregunto desconfiado “el pecas”

Un puñetazo en el estomago acabó la serie de preguntas, otro en la cara dio paso a la siguiente fase. Ariel entro en el piso y cerró la puerta.

-Levántate y vamos, camina hacia el fondo- le ordeno Ariel al muchacho, que aturdido y con sangre en el labio obedeció sin decir nada. Entraron en la cocina.

-Bueno muchacho, vengo a por la pasta.

-¿Que pasta?

-Sí en algo aprecias tus dientes no vuelvas a preguntarme ninguna obviedad.-Dijo Ariel

-Es que…- Empezó titubeante “el pecas”

-UUUUUYYY, te voy a meter una ostia por cada peca que tienes en la cara – amenazó Ariel

-Es que… -Repitió el muchacho. Ariel le soltó de entrada una bofetada, pero seguida de un par de puñetazos que hicieron que el muchacho se dejara caer, sentado en el suelo, para acurrucarse y protegerse de los golpes.

-¡Bastaaaaaaa!- un grito con voz chillona sonó a la espalda de Ariel. Este se giró y se encontró de cara con una chica de no más de 20 años, bajita, pelo liso y negro, con gafas, buena cintura y para su tamaño buenas tetas. Vestía una camiseta larga y piernas desnudas, andaba descalza y tenía cara de asustada. –Vaya bomboncito- pensó Ariel.

-¿Quién es usted?¿Que le ha hecho a mi novio? ¡Salvaje! ¡Fuera de mi casa!¡ Voy a llamar a la policía!

-¡No, no! -Dijeron a la vez Ariel y el Pecas. La chica miró a ambos con cara de empezar a llorar.

¿Qué está pasando aquí?- Preguntó la muchacha.

-Tranquilícese señorita. El problema es que su novio debe dinero y no lo quiere devolver.

-¿Que dinero le debes a este señor?- interrogó la muchacha a su novio que seguía sentado en el suelo.

-¿yo? Nada.- Ariel propino una patada al muchacho en el suelo y se giró de nuevo para hablar con la chica.

-Mire señorita, su novio pidió un dinero prestado que tenía que haber devuelto hace tres meses y el muy cabrón se esconde y no da razón del retraso.

Espere un momento- Dijo la chica. Se fue de la cocina y volvió al cabo de unos segundos. Llevaba su monedero, sacó varios billetes y se los extendió a Ariel. Ariel contó por encima como 500 euros y sin cogerlos dijo

-No, eso no es suficiente.- La chica miró con cara de enfado al muchacho que seguía en el suelo y volvió a salir de la cocina. Regresó enseguida con un sobre.

-Hay 2.000, lo de las vacaciones- dijo la chica.

-Tampoco es suficiente- dijo Ariel. La chica entornando los ojos y apretando los labios lanzó una mirada furibunda al pecoso. Dio media vuelta y salió de nuevo de la cocina. Al cabo de unos segundos entro blandiendo una bolsa de plástico trasparente, llena de un polvo blanco. A Ariel se le abrieron los ojos y el novio gritó.

-NOOOOO. Está bien, está bien, deja eso donde estaba, al lado hay otra bolsa más pequeña, cógela y vete al bar de la esquina, diles que vas de mi parte. Ellos ya saben de qué va. Diles que te paguen.- La chica se puso unas sandalias de cuero y un short tejano y salió a toda prisa.

A los cinco minutos regresó. Venia corriendo y con la cara iluminada de felicidad.

-Todo salió bien, mire, 6.000 euros.- dijo la chica sonriendo.

-Todo suma 8.500, que no es ni la mitad

- ¿NOOO? ¿Cuánto debe?

-20.000 dijo Ariel.

- ¿Dónde tienes tu caja misteriosa? – Dijo la chica mirando con rabia al pecoso.

-No sé de que hablas.

-Mira muchacho, tu novia te está salvando los dientes, las costillas y las piernas, así que ayúdale un poco. –le dijo Ariel al pecoso. La muchacha salió corriendo de la cocina mientras el pecoso le gritaba.

-¡Valentina, no toques mis cosas que te la vas a ganar!- la chica regresó con una caja de metal, la puso sobre la mesa y Ariel la Abrió. El muchacho enfadado se levantó y se sentó en la ventana de la cocina.

-¡Eres una puta! Insultó el pecoso a la chica.

-¿Si? A ver como lo hubieras solucionado tu, estúpido. Y te he dicho mil veces que no te sientes en la ventana de la cocina en calzoncillos, todas las vecinas te ven y un día te vas a caer. – le dijo gritando la chica.

-Aquí hay 6.500, en total son 15.000, aun faltan 5 – dijo Ariel.

-Señor, yo se los consigo. Ahora voy a trabajar. Trabajo en un hotel de 4 estrellas, salgo a las 11 de la noche. ¿Conoce el bar Mafalda? Nos vemos ahí y le entrego lo que falta.

-De acuerdo, pero no me engañes, si me haces volver por aquí te puedes despedir de tu novio.- Dijo Ariel metiéndose todo el dinero en el bolsillo.

-Hasta la noche- se despidió Ariel

-Hasta la noche, gracias – saludo la chica.

A las once de la noche, Ariel se estaba tomando un Vodka con tónica en la barra del Mafalda. Sonaba algo de rock, Kortatu o la polla records, le gustaba aquel sitio y la noche no era tan caliente como las anteriores.

Al cabo de unos 10 minutos entró Valentina en el local. Llevaba la americana roja y los pantalones a juego del uniforme del hotel. Estaba elegante, atractiva, Ariel quedo fascinado con la presencia de aquella pequeña muchacha.

-Hola, ¿le he hecho esperar mucho?- preguntó Valentina.

-No, este local me gusta, se está bien.-respondió Ariel

-Mire señor- dijo Valentina bajando la voz- Este es mi sueldo, 1.000. Hoy había unos japoneses, vienen muchos por temas de negocios y siempre quieren cosas, son unos cochinos. Pero a los de hoy les he dicho que si me pagaban les daba algo de eso que tanto les gusta. Les he tenido que chupar sus cosas, a los tres, ya me entiende. Y al final me han comprado mis bragas. Me han dado 3.000 euros. Perdone señor, ellos querían más, pero yo… yo no soy una puta. El mes que viene le pago los mil que faltan, se lo prometo. ¿Me deja que se los pague el mes que viene cuando cobre?

Ariel cogió el dinero y vio a la chica con los ojos rojos. Le dio pena. No quería ponerla a chupar pollas.

-Mira Valentina, olvídate de los mil euros, ya lo arreglaré yo. Pero cambia de novio, ese es un imbécil. No te va a traer más que problemas.

- Si señor, muchas gracias.-Dijo Valentina feliz.

-¿Quieres tomar algo Valentina? – ofreció Ariel.

-No, gracias, me tengo que ir, además mañana tengo que pagar el alquiler y tendré que ir al banco a ver si saco un crédito.

-Que lo pague tu novio con el polvo de la bolsa que me enseñaste esta tarde-. Dijo Ariel.

- ¿Cuánto cree que puede valer ese polvo?- preguntó la chica.

- Depende si es de origen vegetal o animal. Si es vegetal calculo que 30.000 y si es animal pues unos 50.000

-¿Tantoooo? Vejetal es…

-Coca – respondió Ariel

-¿Y animal?

-Caballo

- Jajajajaja -reia Valentina- ¡Que gracioso que es usted Sr. Ariel! Bueno me voy que es tarde, estoy cansada y me quiero duchar, ¡me siento sucia!

La chica se marchó, Ariel acabó el trago, pagó y se fue andando tranquilamente. Sonreía pensando en aquel bombón de chica- Pequeña delicia- pensó, y al instante dijo en voz alta

– ¡Grandísima puta! ¡Me ha llamado Ariel!¡Yo en ningún momento se lo he dicho! Esta niña es más avispada de lo que parece.

Ariel se fue para casa pensando en sí Valentina se lo había toreado.

A la mañana siguiente Ariel entro en “El bandolero”. En una mesa, junto a la ventana, estaba el rana tomando café y leyendo el periódico.

-¡Oye, dime que no has sido tú!- exclamó al ver entrar a Ariel

-¿Qué no he sido yo, el que?

- ¡Ostia puta, que al pasar por la carnicería a recoger las chuletas para los almuerzos de hoy, estaban las señoras comentando que ayer por la noche, el capullo del pecoso se mató al caer por la ventana de la cocina. Por lo visto la policía habló con su novia y esta les contó que el pecoso estaba sin dinero y últimamente estaba muy triste. No saben si se ha caído o se ha suicidado.

Ariel no pudo disimular su sorpresa y dijo lentamente

-¡Hay que joderse con la mosquita muerta!- El rana estalló en carcajadas.

Ariel le entrego el dinero, descontando su parte y se quedó con el rana a desayunar. No pudo dejar de pensar si la deliciosa Valentina, bajo esa fachada de ingenuidad, escondía una mente fría y calculadora capaz de matar a su pareja.

Sort:  

Esa Valentina se las trae, ejejeje Me gusta mucho la forma como narras, no te detienes a describir y describir y decribir, vas a la acción. Y eso es algo que a mí me gusta, aunque hay gente que no le gusta tanto. Podrías ser muy bueno también escribiendo guiones para audiovisuales.

Una vez escribí el guion para un spot publicitario, pero el cliente no acepto la propuesta.

Qué bien! Muy disfrutable y ágil. Sobra la parte final de la última oración, desde la coma.

Me alegra mucho que te guste. Hasta aquí la presentación de los personajes, ahora me voy de vacaciones y en octubre sigo con Ariel.

Espero los nuevos capítulos. Que descanses.

Congratulations @valki! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the number of upvotes
Award for the number of comments received

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

Coin Marketplace

STEEM 0.17
TRX 0.15
JST 0.028
BTC 62264.03
ETH 2431.11
USDT 1.00
SBD 2.50