Ensayos sobre la fotografía erótica (Inspirada de la obra CÁMARA SECRETA).

El día de hoy quiero presentarles uno de mis libros favoritos de fotografía  “Cámara Secreta” del escritor  Edgardo Rodríguez Juliá,  este contiene una compilación de  “Ensayos apócrifos y relatos verosímiles de la fotografía erótica” tal como lo describe en su contra portada. Esta obra se ha convertido en la piedra angular de mis trabajos en solitario referentes al erotismo de cuerpo, representados con un estilo proveniente de la década de los años ´20 y ´30. Uno de sus primeros pasajes es la síntesis perfecta de lo que pretendo exponer en la galería que anexa este artículo, cito:

Es así pues que he creado estas imágenes, que carecen de elementos visuales pero (en lo personal) expresan claramente las intenciones del autor. Volviendo a citar al Señor  Rodríguez Juliá:    “La fotografía erótica nos hablará de cuan anónimo y fantasmal resulta el deseo”. El deseo, esa sensación que nos invade al enfrentarnos con algo que en muchos casos es “inalcanzable” y la fotografía, para los efectos, es el canal perfecto ya que le da el poder al artista de capturar solo los elementos que él decida mostrar y que le permitan al público apreciar su obra, dejando entre las sombras otros componentes que los espectadores creen importantes, como la identidad del modelo, por dar un ejemplo.

El deseo asía el cuerpo del otro, es un gesto de admiración, de reconociendo a su vez nuestra propia belleza. Cuando logramos aproximarnos a ese otro cuerpo nuestra condición “solida” nos estorba para poder llenar el cuerpo ajeno. Como dice este libro en su página 27:  “Es un cambio de piel al revés”.

Retomando el contexto fotográfico, las imágenes no son una fiel representación de la realidad puesto que están sujetas a la percepción del autor. El creador está en su derecho de embellecer el contenido, vendiéndonos una ilusión de los hechos, que muchas veces preferimos aceptar como fidedignas.

Por otra parte, opino que la forma más honesta de mostrarnos “en cueros” es con la expresión, dándole rienda suelta a nuestro verdadero ser, tal y lo indica el libro en su página 117:

“Estar en cueros, sin ropas, es ser uno mismo. Por el contrario, estar desnudo es ser visto en cueros por otros, sin ser reconocido como uno mismo. Un cuerpo sin ropas tiene que ser visto como un objeto para convertirse en un desnudo. (La visión del cuerpo como un objeto estimula su uso como objeto.) Estar sin ropas es en sí una revelación. Desnudarnos es exhibirnos. Estar sin ropas es no tener disfraz.”

Es decir, el día de hoy me he desnudado ante ustedes (y no me refiero a estas imágenes) me refiero a que les he mostrado mi perspectiva sobre la fotografía erótica y el deseo en torno al cuerpo. Espero que ustedes también se desnuden ante mí permitiéndome apreciar sus comentarios.