Saludos Steemianos. La peor pesadilla, es aquella cuando despertamos y aún seguimos inmerso es ese sueño lleno de horror y angustias. A continuación el texto, para su consideración y comentarios.

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Todo parece que al entrar, el sueño es más profundo… Comienzan a visualizarse esas enormes puertas.

Cada una con un tallado único. Imágenes tan elocuentes y fantasiosas que en grupos parecieran mostrar un perfil gigantesco de un rostro animal, entre un felino y una serpiente de las llamadas pitón, sin embargo, cuando estoy a punto de definir la imagen, despierto sudoroso, con una sorpresiva angustia que me mantiene paralizado por largo rato, hasta que poco a poco me incorporo nuevamente al lecho donde en segundo vuelvo a entrar a ese sueño, mostrando nuevamente las enormes portezuelas.

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Es un pasadizo, que al verlo me atrevo a definirlo como infinito, mis ojos hasta donde llegan, solo perciben un agujero oscuro. Es inconsciente caminar entre ellas y ese hoyo negro que logra vomitar son únicamente puertas.

En una oportunidad, de las más locas decisiones me detuve frente a la puerta de color claro. En ella se ven reflejados rostros llenos de cicatrices y para abrirla se entregaba una manilla saturada de sangre, tanta que en el suelo se ve un mar de líquido rojo desembocando en la hendija inferior de la puerta. Trato de aproximarme para abrirla pero no puedo, siento repugnancia, los rostros cobran vida generando alaridos perturbadores, no los soporto por lo que salgo huyendo a la próxima.

Esta puerta, se muestra con un color más oscuro que la anterior y cuyo tallado solo desdibujaba una cantidad de senderos un mapa donde cada uno de ellos contenía un animal. En esta puerta, no sentí el horror como la anterior, sin embargo, una sombra que vino desde lo lejos repetía una y otra vez – no te equivoques de puerta – ese mensaje me paralizó, no me atreví a moverme del sitio.

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La sombra pasó detrás de mí y se perdió nuevamente en la oscuridad. Logró su cometido, ahora no me atrevo a manipular aquellas manillas, ya que el desenlace de abrir alguna podría llevarme a lidiar con algo aterrador, y eso para mí es agobiante.

Algo me dice que estoy en un sueño profundo, pero tan real que no me atrevo a tocar alguna manilla.

Una brisa toca mi rostro. Rápidamente busco su procedencia. A tres metros de donde estoy, una de ellas está abierta. Es de allí donde sale aquel aire frío. Camino apresurado y se cierra de golpe delante de mí nariz. No entiendo lo que pasa.

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Estas puertas se muestran para que las abran, pero cada vez que lo intento algo lo impide.

-No toques la puerta equivocada - es la frase que me motiva a decidir cuál puerta abrir. Comienzo a caminar por el largo corredor. Espero intuir cual me permitirá salir de la pesadilla.

Es esta, claro que lo es, tiene tallada una imagen de mi niñez, cuando jugaba a las canicas con otros amigos… Esa imagen no da miedo y es por ello que debe ser la puerta indicada.

Toco la manilla, cuando un torrente de viento vuelve a perturbarme y lo peor ya no con una sombra sino varias gritando a coros – no toques la puerta equivocada -. En esta oportunidad hago caso omiso y giro la perilla, empujo la puerta hacia dentro.

Entro.

Miles de luces iluminan el lugar. Es allí cuando veo a mi familia sosteniendo velas cerca del ataúd realizando cánticos antes de llevarme al cementerio…

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Gracias por leer. Hasta la próxima.

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