El último olor a oscuridad. Microrelato.

Saludos. Los misterios que encierran nuestras familias, en algún momento se mostraran para bien o para mal. Espero sea de su agrado este micro-relato, bienvenidos los comentarios.

Miguel comenzó a escaparse del colegio desde que tiene memoria.

Los padres viven cada mañana una eterna angustia por su extraña conducta. Ha comenzado la secundaria, y continúa persistiendo en sus continuas excusas, aferrándose a su drama diario: un dolor de cabeza, tos, gripe y en otras ocasiones mucho sueño, cualquier justificación sería buena, aunque el deber de sus progenitores es enviarlo.

En una cena, el joven confrontó a sus padres. Ellos indiscretamente ocultaron su preocupación con rostros imprecisos, sabían que en algún momento esa plática tendría que darse.

-No quiero ir más al colegio – le dice Miguel acomodándose en la mesa, y continúa.

-En la escuela nadie se me acerca, mis compañeros huyen despavoridos de mi presencia, los veo alejarse de mí como si estuviese podrido en vida, – comenta consternado. Levanta el vaso con leche y toma unos tragos sin quitarles la mirada a sus padres.

El silencio envuelve al salón, un pequeño cubículo donde se ubica el comedor con apenas cuatro asientos y una lámpara a media luz sobre sus cabezas.

Por fin, se dieron cuenta que era el momento de abordar el tema con su hijo, explicándoles los motivos de esos extraños comportamientos de sus compañeros de clase.

-Llegó la hora de decirte la verdad, – el hombre sudaba a pesar de la noche fría.

Interrumpe Miguel – ¿cuál verdad? –

-Hijo!– la pausa obliga al padre a realizar un fuerte suspiro, mientras Miguel sorprendido lo escucha.

Fuente

• Según nuestros ancestros, la familia recibió una especie de maleficio que está relacionada con la oscuridad, un Ser malévolo que nadie ha visto pero no protegemos de él, resguardando a nuestros primogénitos ya que el mal recae es en ellos, así pasamos de generación en generación cumpliendo a cabalidad lo encomendado por la sacerdotisa, quien nos protegió en aquel entonces. – El señor de poco pelo y lentes grandes pasa la media servilleta por su boca, disimuladamente porque no ha probado alimento alguno.

• tú eres nuestro primogénito- continúa – desde que naciste preparamos una crema, la cual, tu cuerpo debe llevar todos los días, es de desagradable olor y nos disculpamos por ello.

Es un olor entre azufre y ajo mezclado con óxido ferroso, y tu olfato como los nuestros están adaptados al mismo.

-Sin querer, el chico frunce su nariz para tratar de percibir el extraño olor del que habla su padre.

-Ese olor es repulsivo, genera vómito y desespero, es lo único que te puede proteger de la oscuridad. - Miguel boca abierta trata de asimilar la historia.

Después de la larga conversación, las cosas comenzaron a cambiar en la familia. El chicuelo había dejado de ir al colegio con aprobación de sus padres.

Nadie supo, cómo asimiló el muchacho aquella revelación.

Continuaron con sus vidas.

En algún momento, sin consentimiento Miguel decide cambiar la mezcla que le habían confiado, solo deseaba emprender una nueva vida, cubriendo la necesidad de tener amigos, jugar y conversar con ellos, dejar a un lado la soledad que lo estaba perturbando.

Transcurridos unos días, a punto de irse a dormir, comenzaron a escucharse golpes en la pared como si alguna especie de pájaro chocara contra ella, eran demasiados golpes que lo desesperaban.

El joven buscó observar a través de la ventana, la luna se mostraba inmensa, por eso vio el revoloteo de miles de murciélagos alrededor de la casa, haciendo la noche más espesa.

Los estruendos despertaron finalmente al resto de la familia, corrieron a la habitación de su hijo, encontrándose con la puerta cerrada.

-Abre Miguel – con su puño toca una y otra vez la puerta, cada golpe era más enérgico a causa de la desesperación, pero, aun así, no responde.

Fuente

Totalmente paralizado el chico mira hacia el exterior, se percata de la aproximación de un Ser tan oscuro como su entorno. Flota. Sus manos con largas uñas de tonos blanco se abren y cierran, notándose la forma terrorífica de pedirle su entrega, y sus ojos totalmente abiertos casi del tamaño de la luna, pero más brillantes.

Los padres insisten en querer entra al recinto, sin lograrlo.

Aquella penumbra movediza se detuvo frente al ventanal, forjó un grito ensordecedor que los padres de Miguel sienten como caen pedazos de vidrios al cuarto cuando estalla la ventana. Es tanta la angustia que el papá termina de tumbar la puerta pateándola fuertemente; logrando entrar.

Ven a su hijo, siendo arrastrado por la oscuridad disipándose en ella.

-Padreeeee – la vos se difumina a lo lejos, las huellas de sus dedos quedan registradas en el suelo húmedo, desapareciendo el último olor a oscuridad...

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J.R.M.(@siondaba)

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Gracias por leer. Se utilizó www.conversordeletras.com para finiquitar el título presentado.

Hasta la próxima.