"El miedo" (poema)

Fuente

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El miedo
Por: @seifiro

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Esta noche tengo mucho miedo. Pero no es miedo al amor ni miedo a perder a alguien, como tampoco es miedo por la política ni la economía. El miedo que siento va más allá de las absurdas trivialidades humanas.
—Lo que es real es el miedo porque él existe en todo, desde el amor hasta en la política—.

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No le temo ni a la serpiente,
Ni al lobo,
Tampoco a la araña o al escorpión.
Le temo a la oscuridad,
A lo desconocido,
A lo indefinible,
Al silencio profundo.
Sí, a eso mismo que en primera instancia me agrada más que cualquier otra cosa.

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Le temo realmente a lo que no veo y a lo que no comprendo.
Le tengo miedo a la sombra que veo a través del rabillo del ojo.
Le tengo tanto temor a aquellas criaturas que vienen de lugares lejanos
Más allá del espacio exterior y más allá de la propia imaginación;
Ideas aún más inverosímiles que al dragón o a Medusa, a los cuales no les tengo miedo.

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Me aterra la sonrisa de la muñeca que está en el cuarto:
Ella me mira, se burla de mí.
Estoy seguro de que tiene un alma en su interior.
Un alma macabra, de demonio o de espíritu del mal;
Se ríe mí por las noches cuando me ve temeroso
De aquellos rostros sin forma que se presentan en mis visiones.

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Temo a la frialdad de la mirada de los espectros
Que viven y dan paseos por mi casa asechando por las noches
Con expresiones heladas como su mismo estado de muerte.

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Le tengo tanto pavor al niño que no tuvo infancia
Porque fuera abusado por sus compañeros de clases…
O peor aún, por sus padres o algún otro familiar.
Ahora esta criatura sumergida en tinieblas y en locura,
Ya no es hombre ni mujer sino bestia lunática sedienta
De sangre, de muerte, de sexo enfermizo.
Temo toparme con este hombre o con esta mujer.
Como también gimo del terror al ver a aquellas manos
De sombras tenebrosas y aire de un frío macabro
Asomarse por la ventana de mi cuarto
Queriendo arrastrarme consigo hasta el infierno, no cabe duda.

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Las brujas no existen,
(No les temo).
Las maldiciones no existen ni tampoco la magia
(No les temo).
No existen tampoco ni Dios ni el demonio
(No les temo).
Existe únicamente para mí, únicamente aquello que me asecha
Por las noches, entre las sombras, entre la soledad y entre el silencio de ambas
Esperando a que me duerma para así arrastrarme con ellas.