Novela de suspenso: ¿Dónde está Gina?// Capítulo 2
¿Dónde está Gina?
Capítulo 2
La aglomeración de las personas no tardó en marcharse, eso me dejaba solo en mi casa como se suponía que debía ser, de esta manera abrí la puerta de la casa, me desabroché el nudo de la corbata y me saqué la camisa de los pantalones, lucía un poco arrugada, gastada por el día. Sin mucho en que pensar me dirigí a la cocina para preparar una liviana sopa de cena, de esas con mucho caldo y con pocas verduras.
El olor ligero se dispersaba en la cocina mientras la batía con una cuchara de madera, de pronto las cebollas y zanahorias picadas en pequeños trozos empezaron a flotar, eso significaba que ya estaba lista, posteriormente agarré un plato hondo y me serví hasta el tope, lo tomaba por las orillas para no quemarme los dedos. Algo desganado, di pasos hasta el sofá de la sala, el plan era cenar para luego quedarme viendo un mal programa de televisión hasta quedarme dormido.
Me encontraba vagueando frente al televisor, una vieja costumbre, las luces de la máquina no paraban de titilar cambiando de personas felices a enojadas a tristes. Mientras veía ese noticiero sorbía con la cuchara metálica la sopa, algo cansando de la posición me moví un poco para cambiar la postura, entre mi pierna sentí un pequeño objeto, hurgué por debajo para encontrar un viejo anillo de Gina, de inmediato al presenciarlo me trasladó a un recuerdo.
Era aquel un día lluvioso, de esos que empiezan radiantes en la mañana y de pronto en la tarde cae una lluvia torrencial, empapado regresé a casa, la vi con su cara toda inflamada, era obvio que llevaba un buen rato llorando. Sin querer saber mucho lo qué le pasaba, no me interesaba solo quería irme a dormir, simplemente la miré ida mente. De pronto, la expresión de Gina pasó de llanto inconsolable a ira pura, movida por ese sentimiento dio pasos largos y rápidos hacia mí y me abofeteó pude sentir todo su mano repleta de anillos clavándose en mi rostro, luego me gritó como una bestia. Antes de esperar otra reacción, la sostuve firmemente por los hombros.
-- ¿Qué haces Gina? - le exigía una respuesta -
Hubo un salvaje silencio, ella inhalaba y exhalaba con furia, una respiración descontrolada entonces, poco a poco el sentimiento se le fue calmando, tomó su postura común que era estar holgada y su mirada buscando respuestas, esos ojos grandes castaños. Lentamente, las palabras se emitieron de sus labios, bien articuladas.
-- Eres cruel, a veces no entiendo para qué te esforzarte tanto en conocerme, dime para qué te empeñabas en buscarme cada vez que me veías con un amigo en común. Te voy a recordar, esto no es un juego y yo te lo advertí en un principio no me vayas a lastimar porque habrá consecuencias -
Esas palabras interconectadas repletas de un significado extraño, no les quise prestar atención, preferí quedarme viendo como movía sus manos, le gustaba usarlas para acompañar sus frases, dándole un hilo conector con la imagen coorporal. Recuerdo justamente eso por los anillos, me parecían divertidos, en su mano derecho se enrollaban tres y uno de esos tenía una enorme piedra gris bordeada de finos hilos de plata, eran espirales.
De golpe volví al presente cuando sonó el teléfono de la casa, ya era muy tarde pero igual decidí atender, los descolgué, nadie atendió a mi saludo, pero de fondo se escuchaban voces, muchas. Sabía que alguien me quería decir algo.
-- ¿Alo? - intenté, luego de unos raros segundos sin escuchar a ese ser desconocido -
Me quedé parado.
--- Nos vemos mañana en el parque - colgó -