Llamada Santiago de los Caballeros de Mérida, es una ciudad llena de gente con una calidad humana impresionante, siempre cordiales y amables con propios y visitantes, y es éste el dato que más quisiera destacar, pues a pesar de contar por lejos con los paisajes montañosos más bellos del país, es su gente quien representa su mayor baluarte.

En el casco de la ciudad se encuentran edificaciones de estilo colonial, como el Palacio Arzobispal, el Palacio de Gobierno, la sede de la Universidad de los Andes, y la Catedral, que cabe mencionar es una de las más hermosas del país.

En mis recorridos por Mérida, he podido notar que tiene muchas plazas, entre ellas la Plaza Bolívar, que cuenta con el busto más antiguo del Libertador y la Plaza Beethoven, en honor al gran compositor alemán. No se debe perder la oportunidad de visitar el mercado municipal, donde se puede hallar una variedad de artesanías, ropa, dulces y comidas típicas.

Otro sitio de visita obligatoria es la famosa Heladería Coromoto, conocida por tener más de 600 variedades de sabores, por lo cual ostenta el record Guiness.

Entre los parques merideños, se encuentra el zoológico Chorros de Milla, con sus hermosas cascadas y variada flora, este es definitivamente un lugar ideal para ir con los niños.

Mérida además posee nada más y nada menos que el teleférico más largo y más alto del mundo, que va desde la estación principal en la Plaza de las Heroínas hasta el pico Espejo, que se encuentra a 4765 metros, muy cerca de la altitud del pico Mont Blanc, el más alto de los Alpes.

En fin, hay un sinnúmero de sitios para visitar en esta ciudad llena de gran colorido y esplendor. Es muy especial para mí cada vez que tengo la dicha de recorrer sus calles y sitios turísticos mágicos. Tanto venezolanos como extranjeros cuentan con una excelente opción para entrar en contacto con la naturaleza y la cultura andina, pero sobre todo tienen el privilegio de compartir con su cálida y encantadora gente.