Para llegar a esta rica zona cafetera entre los estados Mérida y Barinas, hay que recorrer un camino montañoso de extraordinarios paisajes, tomando un desvió de la carretera Barinitas – Merida.

Primero nos encontramos con Altamira de Cáceres, que fue la primera ciudad fundada en Barinas en 1577 por el español Juan Andrés Varela. De este hermoso pueblito es originaria mi abuela materna, así que poder visitarlo es una experiencia muy significativa para mí.

Altamira conserva una hermosa arquitectura tradicional, una bella plaza, su iglesia y unos parajes espectaculares, gracias a sus muchos atractivos naturales. Allí se encuentra el museo de antigüedades "Don José Ángel Angarita", y para los amantes de la aventura, se pueden organizar excursiones a pie o en kayak, entre otros deportes extremos.

Si continuamos el camino, nos encontraremos con la población de Calderas, lugar de nacimiento de mi abuelo materno. Desde la entrada, se puede observar una montaña empinada conocida como la Peña del Gobernador, hacia donde los aventureros excursionan y tienen la oportunidad de disfrutar de un panorámico mirador.

En sus inmediaciones se puede visitar el puente colgante y el inusual y extraordinario Pozo Azul, también conocido como la Laguna Encantada, que tiene la particularidad de que no se ve, pero si se oye, por donde le entra el agua y mantiene su nivel todo el año.

Recuerdo que la última vez que estuve allí, el rio estaba muy crecido para bañarse, pero mi madre, gran amante del agua, no perdió la oportunidad para meterse en la piscina de la posada a pesar de que el clima estaba un tanto frio; mientras los demás disfrutábamos de un aromático café recién molido y colado a la manera tradicional.

Recorrer estos lugares recónditos y llenos de espacios naturales casi inalterados por la mano del hombre, te hacen ganar un gran respeto y amor por la naturaleza, y te enseñan a disfrutar cada momento de la vida como el preciado e invaluable tesoro que es.