Mística y sexo: a propósito de “La tribulación del novicio”, de J.A. Ramos Sucre

in #spanish6 years ago (edited)

Estimados amigos de Steemit: quiero presentar hoy un pequeño trabajo sobre un texto de José Antonio Ramos Sucre. Hay muchos aspectos que pudieran tratarse; escogí solo uno: el de las relaciones entre la mística y el sexo.



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Al poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre, nacido en Cumaná en 1890 y muerto en Ginebra por su propia mano en 1930, se le endilga frecuentemente, y con poco rigor, el epíteto de místico. Sin embargo, desde mi perspectiva, Ramos Sucre no escribió poesía mística, aunque la mística y los místicos fueron uno de sus intereses, así como la cábala, la magia, la gnosis, la alquimia, los seres fantásticos y los de ultratumba.

Ramos Sucre hubiera firmado las palabras de Jorge Luis Borges que consideraba la teología una rama de la literatura fantástica. Ciertamente hay en su obra, conformada por breves textos narrativos y poemas en prosa, un anhelo de trascendencia, pero también, y en no menor medida, la soledad, la crueldad y la violencia son temas dominantes en sus textos.
Ramos Sucre es un poeta de máscaras detrás de las cuales se adivina con dificultad su verdadero rostro. El mismo autor que se muestra devoto cristiano en un texto se revelará ardiente defensor de los valores éticos y estéticos del paganismo en el siguiente. Guillermo Sucre, también poeta y reconocido ensayista, lo dice de manera impecable en su trabajo “Ramos Sucre: la pasión de los orígenes”:

Ponerse la máscara de los más diversos personajes, representar simultáneamente a la víctima y al verdugo… al asceta y al libertino, al santo y al perverso, al héroe y al déspota…

Su poema (asumo el término para simplificar el asunto de las adscripciones genéricas) “La tribulación del novicio”, texto de su libro inicial La torre de Timón, toca algunos elementos esenciales de la experiencia mística en relación con el cuerpo y el sexo, aspecto privilegiado, aunque no exclusivo, de las relaciones entre corporalidad y experiencia religiosa.
Citaré en extenso el poema:

Vivo sintiendo el contacto de carnes redondas y desnudas; manos ligeras y sedosas se posan sobre mis cabellos, y brazos lánguidos y voluptuosos descansan sobre mis hombros… Todo mi ser está embargado de fiebre y lo inquieta un loco deseo de transmitirse encendiendo nuevas vidas… No se calma este ardor con claustro inaccesible ni con desierto desolado. Con esa abstinencia, la locura me haría compañero de santos desequilibrados y extáticos. Ni la penumbra de los templos abrigados me auxilia, porque es tibia como un regazo y favorable al amor como un escondite. La oración tampoco es defensa porque su lenguaje es el mismo que para cautivarse emplean los hijos y las hijas de los hombres. Ni es para alejar del siglo la belleza que resplandece en las efigies: algunas me recuerdan las mujeres que hubiera podido amar, tienen los mismos ojos hermosos y tranquilos, la misma cabellera destrenzada sobre las espaldas y los hombros, y sobre los mismos pies menudos y curiosos debajo del vestido descansa la estatua soberbia del cuerpo.

De muchas maneras, la sexualidad encarna lo que más tememos y deseamos los seres humanos. Su poderosísima fuerza está presente en cada meandro de nuestra psique y de nuestro cuerpo, y condiciona, si no determina, aspectos increíblemente variados de la cultura, desde los códigos de vestimenta hasta la percepción de lo bello, lo noble y lo honesto; o, como contrapartida, de lo feo, desagradable, abyecto y deshonesto.
El novicio de Ramos Sucre es víctima de sus deseos y no encuentra en la oración ningún consuelo, puesto que la contemplación extática, aunque válida para la experiencia mística, resulta insuficiente para la práctica sexual, que requiere de la posesión del objeto amoroso para sentirse consumada.

“Desequilibrados y extáticos” llama el novicio de Ramos Sucre a los santos, al tiempo que los considera “compañeros” de locura. Fuera de sí, enajenado, ausente de sí mismo: así se presenta un místico frente al mundo. Esta visión, ciertamente nada favorable, se corresponde con esta otra: la del “desvarío místico”, equivalente a “zozobrar en la demencia”, presente en su poema “La conversión de Paulo”. Y sin embargo, el mismo matiza esta afirmación al describir al converso:

La frente grave y los ojos desatentos indicaban al hombre desprendido del mundo, que recorre alado la tierra, que oye en el silencio altas voces aéreas.


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Un hombre desprendido del mundo; es decir, un hombre para el que el mundo se ha hecho ajeno, bien por indiferencia hacia este, o bien por haber visto lo que está detrás de las apariencias; la insustancialidad de la realidad, detrás de la cual se revela otra, inmutable y verdadera. Un hombre que oye voces que los demás no perciben. En otras palabras, alguien que existe fuera de todo orden cotidiano y sensato.
Quizás lo más interesante de “La tribulación del novicio”, además de su espléndida arquitectura verbal, no sea la evidencia de que la abstinencia sexual puede conducir a la locura o cuando menos a cierto tipo de enajenación, sino la declarada ineficiencia de la oración para alejar o mantener a raya los deseos sexuales, puesto que “su lenguaje es el mismo que para cautivarse emplean los hijos y las hijas de los hombres”. Ramos Sucre coloca el problema, adecuadamente, en el ámbito del lenguaje.

¿Son experiencias distintas y por completo separadas el sexo y lo sagrado, o tienen algo en común la unión mística y el éxtasis carnal?
Todo en nuestra educación, en nuestro aprendizaje sentimental, nos lleva a responder que sí a la primera pregunta y que no a la segunda. El universo del sexo se nos muestra atado a lo más corporal de nuestro yo, mientras que se nos ha moldeado para considerar lo sagrado el terreno de la pura espiritualidad, un estado incontaminado por los deseos y los temores del cuerpo. ¿Cómo es posible entonces que el lenguaje utilizado para una y otra cosa sea el mismo?

Los poetas antiguos y modernos han ofrecido una respuesta que parece superar esa contradicción. Por la vía del cuerpo muchos poetas contemporáneos han transmutado la experiencia de Dios en experiencia amorosa y erótica. Y viceversa. Naturalmente, en esta transformación, que se ha cumplido en un proceso de varios siglos, juegan un papel importante el lenguaje empleado por los místicos y su sistema de símbolos que remiten al profano amor humano, al cuerpo y a su goce: al sexo como comunicación con lo otro que se encuentra más allá de sí mismo, y que sería el otro; otro cuerpo humano perdido en el goce de ser cuerpo.
Si el novicio hubiera aceptado esta idea su angustia hubiera sido, tal vez, menor. En su deseo carnal hubiera identificado también la necesidad de trascendencia a la que sus votos lo conminaban.

Sort:  

Muy buen análisis del poeta @rjguerra, muchas veces no sabemos lo que tenemos para nutrirnos de buena lectura, éxitos y gracias por compartir...

Gracias, @valenta. Me alegra que mi post pueda ser de utilidad para quienes buscan buenas lecturas.
Saludos.

Un análisis interesante que abre otras posibilidades de lectura. La obra de Ramos Sucre es un manantial.

Así es, @solperez. Hay muchísimo por descubrir todavía. Gracias por tu lectura.

Gracias @rjguerra contigo siempre cuento para entender un poco más al enigmático poeta y hombre Ramos Sucre. Siempre me siento alumna frente a tus escritos. Un gran abrazo. Hasta el próximo.

Gracias, @antolinamartell. Igual me siento yo frente a tus cuadros y escritos. Al final, todos somos alumnos de todos.

Interesante faceta de la vida de este maravilloso poeta. Ramos Sucre, un gran referente en la cátedra de Literatura venezolana y universal. Su obra, de amplia complejidad y su vida llena de desesperaciones, requieren una considerable dosis de espiritualidad, para transitar por ellas.
Felicito tu aporte, ha sido un gusto leerte @rjguerra.

Un placer contar con tu visita, @armonia. Sin duda, Ramos Sucre es un poeta hondo y complejo que requiere un acercamiento sin apresuramientos. Hay que dejar que se sedimente en uno. Gracias por tu lectura.

Comparto las apreciaciones -muy atinadas y cuidadosamente presentadas- de tu ensayo, @rjguerra, sobre ese sustancioso tema de la relación entre lo místico y lo carnal, lo sexual y lo sagrado, hechas a partir del comentario al poema de Ramos Sucre. La imagen que escogiste para iniciar tu post (fragmento de "El éxtasis de Santa Teresa" de la escultura de Bernini) es, precisamente, una representación de la conjunción posible de ambos aspectos de la experiencia humana. No es el espacio para entrar en una exposición de mi parte, obviamente, pero no puedo dejar de advertir las reflexiones filosófico-ensayísticas de Georges Bataille al respecto, por ejemplo, y una ilustración de lo que dices sobre esa convivencia en la poesía -muy cercana- del poeta venezolano Armando Rojas Guardia (pendiente un ensayo mío sobre él más adelante). Gracias por tu post. Saludos.

Gracias, @josemalavem, por tus palabras. Siempre me acerco a la obra de los poetas con cierto temor. Como sabes, mi ámbito es la narrativa. Cuando escribo sobre poesía pienso que diré una tontería o una obviedad. Que mi pequeño ensayo te parezca atinado y cuidadoso es para mí un gran halago. En efecto, Bataille y otros (Mircea Eliade, por ejemplo) están detrás de mi lectura del poema de Ramos Sucre. Si no son mencionados es porque he querido hablar, principalmente, desde la voz del poeta.
Muchos saludos.

Ah, así es: "El éxtasis de Santa Teresa" expresa en toda su plenitud el tema de mi texto.

Oye que increíble semblanza del genio y figura de Ramos Sucre, si he de confesar algo, no ha sido autor de mi devoción, pero este estudio de su autoría, ya me despertó el apetito lector por su obra. Un gusto descubrir sus escritos y ojearé con mayor atención su blog. Un gran saludo y mucho éxito amigo @rjguerra!!!

Gracias por pasar y comentar, @humoalex. Al principio es difícil la lectura de Ramos Sucre; esa especie de frialdad de sus textos aleja a muchos lectores, pero luego se le agarra el gusto. Me alegra que mi texto te incite a la relectura del poeta cumanés. Muchos saludos, @humoalex.

Igualmente para ti talentoso hermano!!!

La figura de José Antonio Ramos Sucre aún sigue siendo un misterio y su obra, madera que se presta a muchas interpretaciones. Gracias por traer tan interesante aporte y recordarnos con él, a uno de nuestros mejores poetas. Un abrazo

Poeta enmascarado, se le ha llamado. Y tienen razón. Su obra y su vida son, todavía, un misterio. Tal vez en esas máscaras (los personajes de sus poemas) encontraba una libertad más verdadera que la que le proporcionaba el trato cotidiano con sus semejantes.
Gracias, @nancybriti, por tu lectura.

Representativo poema de Ramos Sucre el que has traído hoy, @rjguerra. En ese escrito está demostrada toda la sensibilidad del poeta para colocarse, empáticamente, en la situación tortuosa de un novicio sin vocación religiosa, o , al menos, del que no ha alcanzado el estado místico, el estado de renuncia al mundo apegado a lo corporal, para disfrutar del "misterium tremendun".
El novicio por el que habla es un ser atormentado, "me viste un grueso sayal más triste que un sudario", "Sufro por mi estado religioso mayor esclavitud que un presidiario" vestir perpetuo traje de oscuridad, cuando a todas partes la luz, rauda viajera lleva su aleluya..." no hay estado místico en eso, en su lugar está la cercanía a la locura por la alucinación insistente, no hay alegría, ni unión con lo trascendente, no hay éxtasis.
Tal vez la semilla del misticismo puede adivinarse en el momento de paz que le proporciona la mirada a los ojos de la madre Virgen "Pierden su brutalidad los groseros anhelos, si atiendo a esos ojos lacrimantes, azules de un azul doliente"; pero no, el dolor en los ojos de la virgen lo remite al propio dolor, por la marca de fuego que le dejaron otros ojos, negros.

Cierto, @gracielaacevedo, el estado místico requiere una renuncia que el novicio, joven y saludable, podemos suponer, no está en disposición de llevar a cabo. La "técnica" de Ramos Sucre de asumir la personalidad de otros alcanza en este poema una cota muy alta.

@rjguerra, aprender a leer a Ramos Sucre, comprender sus intrínsecos pensamientos es todo un reto. Así, comentado y analizado tras tu profundo conocimiento del personaje se hace mas llevadero y provoca saber más. Gracias por compartir tus apreciaciones.

Gracias por tu visita y tu comentario, @evagavilan. Dar a conocer a Ramos Sucre es una tarea grata para mí; me complace que mi texto te lleve a querer saber más de su obra.

Tu análisis nos guía la comprensión de este hermoso poema de Ramos Sucre, @rjguerra. Mil gracias, un abrazo.

Un abrazo, @aurodivys. Creo que ahora me animaré a comentar algunos otros poemas de Ramos Sucre y de otros poetas. Gracias por tu visita.

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