Relato de ciencia ficción: El ultimo tigre (2)
Aquí podrás encontrar la primera parte:
2
— Fue una locura. Estás loco. Una carnicería. Venían en paz. — Gritaba Jim agitado.
Era de noche, o debía serlo, si el cielo cambiara. Tiritaban en sus colchas.
— Cállate. Tú los viste, tú lo viste. Tenía colmillos en las mejillas y la trompa. Qué adefesio. Bestial... solo cállate y duerme— espetó el Cazador mientras se limpiaba la sangre de las manos y la cara donde había salpicado. No era enfado en sí, era dolor.
— No debimos destruir nada. Fue una barbarie.
Clark no respondió. Se sentía extraño, inmerso en una vorágine de imágenes sangrientas, se dijo que ese no podía haber sido él. Aquella rabia profunda y gélida, repugnante, sin sentido, no podía pertenecerle.
Jim lo notó y se acercó, condescendiente y lo tomó por los hombros
— Solo iremos y les ofreceremos dinero. Ya basta Clark, se acabó. Nada de sangre. Sé cuánto dinero está dispuesto X a desembolsar, pero... sé que quería conocer el Mundo Antiguo, pero no así.
Luego Jim se acostó destruido. En la oscuridad mirando un disco ficticio. Habían rotado el cielo, de día, a una auténtica noche ¿Unas estrellas casi tan lejas e inasequibles como las reales? se preguntó.
¿Así era la verdadera Tierra? ¿Esta compasión que sentía, podía llamarse Dios?.
Clark se levantó y comenzó a caminar. No podía dormir. En la mañana irían por el Tigre pero dentro de sí se sentía exhausto. Fuimos tan cobardes Jim.
Sabía que había cometido una locura, pero el dolor era por no haber luchado. Pudimos Jim. No podía retroceder el tiempo. Ahora, se dio cuenta que cargaba el mismo odio que un día deshizo todo.
Se oyó un grito que devastó la noche. Clark corrió al campamento. Estaba vació; se habían llevado a Jim.
3
La primera vez que despertó vio una inmensa avenida flanqueada de estatuas animalescas. Criaturas inexistentes y únicas. Mientras los arrastraban dos musculosos aldeanos, vio desfilar Elefantes, Leones, Jirafas, Rinocerontes, Antílopes petrificados para siempre en mármol blanco.
Era aún de noche cuando llegó al centro de una congregación, debajo de un altísimo risco. En lo alto, achacoso, con manchas parduscas, el gran Tigre. Se oía un rugido de odio que pedían lanzarlo al Tigre. Jim aturdido, vio desfilar alrededor, seres con lenguas de serpiente, piel rayada como las Cebras, cabeza de Jabalí, cuernos de Rinoceronte, trompas, garras, colmillos...
Se sentía extraviado en las cenizas de un mundo antiguo. Ya que al nacer en los sótanos de la Tierra, o lo que una vez lo fue, nunca había presenciado una aldea, y muchas de las criaturas le parecían extrañas e inconcebibles. Los vagos conocimientos provenían de una desgastada enciclopedia que Clark le mostraba antes de cada cacería, en donde le describía el animal, su hábitat, sus costumbres y demás. Pero en el mundo de Jim, ese mundo de cuevas, nada importaba.
Los cuerpos bailaban enloquecidos, girando y girando... hasta caer en una bruma blancuzca en donde solo se veía el Tigre.
La segunda vez que despertó estaba en una celda húmeda. En realidad era una caja grandísima, espaciosa, la misma donde había venido su Majestad, Jim lo sabía porque en los últimos días en esos compartimientos habían bajado los especímenes, se lo había dicho su papá. Le entregaban la inyección de alimento por un resquicio de la puerta, intentó comunicarse pero solo puedo saber que en tres días sería un sacrificio para su Majestad el Tigre.
Jim sintió miedo pero de la nada, como ir caminando y caer accidentalmente en un agujero, se sumergió en una extraña paz. Se sentía bien morir. Ya no cazar más. No sentiría de nuevo esa punzante, desagradable
sensación de alejamiento, irrealidad asquerosa, que le producía una detonación. Sus manos nunca estarían limpias, pero al menos podía irse en paz, en silencio. Le hubiera gustado "rezar" un poco aquel Dios. Pensó que quizás lo llevaba dentro y se sintió feliz.
La última noche de su encarcelamiento se oyeron pasos frente a su puerta. Jim respiro contento. Se había acabado.
La puerta se abrió. Era Clark.
— Estás a salvo— junto al Cazador estaba un joven alto, desgarbado, nervioso, con un viejo fusil en la mano.
El prisionero liberado murió en verdad. Dio una mirada triste a todo. ¿Lo habían salvado de la muerte o arrojado al infierno en donde la muerte era un milagro?
4: La bestia.
Clark le tendió una escopeta. Invitándolo a adentrarse de nuevo y le instó a seguirlo. Mientras caminaban le contó en frases breves que después de seguir a varias batidas de búsqueda puedo seducir a Rhol— el muchacho caminaba en silencio, sin levantar los ojos del suelo— ofreciéndole que con el dinero de la Bestia le compraría un bosque entero para él solo, pero Rhol declinó— era de Nueva Parisina, llegó allí seducido por las viejas costumbres— y solo quería que lo sacaran de aquel lugar.
Después de pasar entre los cadáveres de los guardias desperdigados en el corredor de entrada, afuera, al aire libre, refugiados en un callejón angosto cerca de una estatua de León, veían al Tigre pasearse en el risco. Los Snae lo habían divinizado, colocando una corona ceñida alrededor del cuello. Era un Titán encadenado nunca puesto en libertad. ¿Por qué?
— Vendrían cazadores, pero sobre todo vendría la Extinción. Vendría yo Jim y lo destrozaría todo – Los ojos de Clark bailoteaban en una espiral de éxtasis.
Sus palabras eran pastosas, con rabia. Aunque al mismo tiempo en sus ojos se veía la rendición, clamaban perdón.
Ha escapado. Están afuera. Se oían pasos apresurados y gritos en la lejanía.
Rhol sostenía en fusil mohoso con temblores de temor cuando los pasos se acercaron. Jim volteó un segundo y de pronto vio a Clark salir disparando.
Corre dispara, corre un poco más y no dejes de disparar. Locura. La gente caía sin más, desarmados, sin saber que pasaba. Solo habían venido a tratar de vivir en paz como quisieran todos. Ahora habían sido defraudados, estafados. Rhol corrió disparando contra lo que sea. Tenía miedo.
Jim permaneció oculto sintiéndose perdido.
La puerta que daba al risco estaba custodiada por dos guardianes. Uno tenía mandíbula de sabueso y el otro pico de ave. Disparaban con fusiles oxidados como Rhol. Gritos que se perdían en la humareda que intentaba quemar aquel sol falso. Hacia frío.
Jim salió corriendo sin saber a dónde, después de un tiempo interminable en donde no se oía nada. La puerta estaba libre plagada de cuerpos entre el lodo y la suciedad.
Antes de llegar algo le hizo caer. Rhol herido sosteniéndose una pierna, aullando de dolor. Jim se repuso cojeando y corrió. Adentro no había nadie, muertos o escondidos pensó.
El risco se elevaba en un montículo de arena y lo recorrían en espiral unas escaleras que Jim apuró. Allí estaba, por fin, La Bestia.
Clark se sostenía a duras penas contra una gran piedra.
— Mata a la Bestia. Hazlo ahora. Mátala, por favor — La angustia se revelaba en sus ojos, pero más que nada la soledad.
— Ya no tengo balas Jim. Acaba con la Bestia.
Jim alzó la escopeta, el Tigre permanecía indiferente, inocente, tomando agua de una vasija.
Se oyó un escopetazo y la Bestia cayó.
El último Tigre siguió bebiendo agua.
buen post saludos desde puerto ordaz venezuela
Gracias amigo, me alegro que te haya gustado
Wow Excelente forma de escribir un relato amigo @poesiaempirica me metí en los personajes jejeje, gracias por compartir, postdata: si te hes posible dale un vistaso a mi blog, Éxitos y Bendiciones
Claro, ya me paso a ver que encuentro. Me alegro que te haya gustado. Gracias por leer
buen post, te sigo, bendiciones para ti, saludos...
Me encanto! Muy buen relato :)
Gracias amiga, me alegro que te haya gustado
Hola, @poesiaempirica; espero la última parte para entonces comentarte en serio. Saludos.
Gracias por volver a pasar por aquí. Para mi es un gran honor, debido a la extensión, lo resumi a dos partes. Esta sería el final. Espero su opinión sinceramente. Muchas gracias
Hola, @poesiaempirica. Coincido con alguien que dijo que tu cuento tenía algo de Asimov. Hay un conflicto moral en un entorno de aventura. Podría, también, en otro escenario, recordar a Conrad. Es un buen cuento, con una ambientación fascinante: un mundo subterráneo que pretende imitar en plástico y metal el mundo natural perdido en la superficie. Creo que la trama, es decir, los sucesos encadenados que arman la historia, está muy bien. Donde siento cierta debilidad es lo que se puede resolver más fácilmente: la escritura misma, sobre todo por descuidos formales que no son tan problemáticos, pero estorban y deslucen el buen cuento que es. Pienso que en realidad ya resolviste esos problemas, porque otros textos tuyos que he leído aquí en steemit no presentan ese problema. Básicamente hay problemas con la puntuación: comas cuando debería haber puntos, o ausencia de comas cuando debería haberlas. Como no usas los dos puntos ni el punto y coma, te pierdes los matices que esos signos aportan. Hay gente a la que puede parecerle este señalamiento una cosa innecesaria; créeme que no lo es. Todos los signos, en español, agregan sentido y ritmo. Lo otro que señalaría es más técnico. Pienso, pero es solo una opinión, que si mantuvieras un único punto de vista el cuento sería más interesante y ajustado. Podrías dosificar mejor la información. Puede ser el de Clark o el de Jim, eso no importa. En la versión actual, tienes tres puntos de vista: el de los dos personajes y el del narrador. Creo que es mucho para un cuento corto. Bueno, no quiero abusar de tu paciencia y del permiso que me diste para que opinara. Aprovecho para felicitarte otra vez y expresar mi confianza en tu talento. Saludos.
Muchas gracias. De verdad que me siento muy halagado por el comentario y el tiempo que tuviste para los señalamientos. En esa época no conocía a Conrad y sus descripciones de la selva, justamente el comentario me hizo recordar que quizás un matiz mas sombrío hubiera aportado algo. En cuanto a los signos de puntuación, me siento feliz que se note un cambio con mis otros trabajos, porque a pesar de lo importante que es, siempre me complico. De verdad muchas gracias por el comentario, me sirve muchisimo para desarrollar mejor mi escritura. No dude que esta en plena libertad en aportar criticas en mis post. Un saludo y un abrazo amigo.
Me alegra que mi comentario te sirva de algo. Lo hice con mucho gusto, y lo seguiré haciendo. Saludos y un abrazo.
Como te he dicho, es un excelente relato..recuerda al estilo del gran Asimov!! Continúa así...orgullosa de ti ;)
Gracias, siempre es un placer tenerte por aquí.