Ragnarok Conspiracy 8/44 | En español + Ilustración
Como resultado de perder contacto con @marylucy de Venezuela, esta vez estoy publicando este capítulo. A continuación se muestra el capítulo ocho de mi novela de mito "La conspiración de Ragnarok", escrita por mí, traducida del inglés al español por Gabriel Gabriel González e ilustrada por @marylucy. Cualquier ingreso de STEEM / SP o CCC de esta publicación se transferirá a Gabriel y @marylucy como regalías por su contribución a este trabajo.
Espero no haber estropeado demasiado el formato.
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Part I
8 Xavier
Los Haitieses, Provincia Hispaniola, Nueva Zion. Primero de Noviembre del 2036Xavier escuchaba el sonido de la madera rompiéndose mientras recordaba el colosal tamaño de su error. Esto no era bueno, «¡Merde!». Xavier posó suavemente la canoa que había estado llevando a los hombros sobre el intrincado sistema de raíces de manglar por los que pretendía llevarla. Se podía ver una enorme grieta desde la parte posterior de la canoa hasta el lugar en que Xavier se había estado sentando.
La canoa marrón oscura, casi negra, de madera solida claramente no estaba diseñada para ser levantada, y para ser honestos, la canoa de madera desgastada por los años de uso era tan pesada que podría ser un reto el levantarla incluso entre dos hombres y sacarla del agua. Xavier era un tipo grande, el más grande y fuerte de su regimiento y posiblemente de toda la armada de Nueva Zion. “El ogro haitiano” era como le llamaban, un “nom du guerre” que portaba con orgullo.
Tomó un trozo de cuerda y comenzó a tejer una especie de media enorme alrededor de la parte de atrás del bote para intentar reparar los daños. «Bien, con esto debería bastar. Esperemos que aún pueda llevarme a casa luego de que termine esto. ¿Quién hubiera pensado que la técnica de confección de sombreros de caña de mamá me serían útiles luego de todos estos años?». Ató el bote al tronco de un árbol y se bajó de él, quedando hundido hasta la cintura en el agua.
Xavier comenzó a caminar por el agua hacia un pequeño montículo que sobresalía del agua, se preparó mentalmente para lo que hubiese delante. ¡Una guía! Xavier sabía que era algo sin precedentes para un soldado como él el que tuviera una oportunidad de cortar camino para convertirse en un agente, pero ahora dependía de él mostrar que la confianza del General en El Ogro Haitiano estaba justificada.
Los méritos de Xavier en el frente le habían sido suficientes como para ganar cada medalla que el sistema militar de nueva Zion tenía para ofrecer, y a la vez, se había ganado un lugar en los laureles de la historia entre sus compatriotas, todo a sumado a que tenía apenas tres meses en el entrenamiento para agentes de alta intensidad en comparación con el programa regular de dos años. Un programa regular que tiene un noventa y dos por ciento de ratio de deserción durante el mismo y el ocho por ciento que lograba llegar a la prueba de La Guía, esta prueba, más del sesenta por ciento de esos candidatos eran devueltos a cumplir con su deber regularmente.
Xavier no se sentía preparado para esto, pero, ¿Alguien lo estaba realmente? «Él está cerca» pensó. Sentía que algo o alguien le estaba observando. ¿Era él, no? ¿Era el Guía?
Se percató de un movimiento entre las cañas de su derecha. Se agachó rápidamente mientras tomaba uno de sus machetes de la espalda con su mano derecha y con la izquierda un cuchillo de cazador de su cinturón. Entonces lo vio, «Ah, una serpiente de agua. Cálmate, Xavier, cálmate» escaneó rápidamente la orilla, aún sentía que habían ojos observándole. Lo sentía con tanta intensidad que era casi como si le quemaran… ¡Su espalda!
Había sido ese instinto el que le había mantenido con vida tantas veces en el frente.
Xavier volteó rápidamente y, mientras giraba, por el rabillo del ojo, pudo avistar brevemente una sombra en la copa del árbol en el que había atado la canoa hacía unos minutos. Miró hacia arriba, ¡Nada! Un movimiento en la copa de nuevo. Otra serpiente.
«Acepta al jaguar», Xavier recordó de su entrenamiento, «Deja que el espíritu guíe tu cuerpo» recordó de su juventud y sus tradiciones familiares. Mientras Xavier adoptaba el aspecto predatorio de su recién adquirido tótem, un sentimiento de entendimiento vino a él.
¡El Guía está con el espíritu! —exclamó al darse cuenta— ¡Nuestro espíritu! ¡Ella es una de nuestras reinas!
¿Ella?
Sí, Xavier estaba seguro ahora. El Guía no era un guerrero mítico después de todo, ni el súper soldado con habilidades de combate superiores del que se rumoreaba en la Academia, no. El Guía era una reina, ¡Una hermana!
Ah, me enviaron a una “petit sorcier” esta vez, ¿No es eso divertido?
De pronto, una mujer estaba de pie sobre las raíces del árbol, recostada despreocupadamente contra el tronco del mismo. Una frágil mujer de piel clara, entrando en sus sesenta aproximadamente.
Algo no cuadraba. Sí, la Guía era una mujer, pero no la clase de mujer que él pensaba que sería.
Muy bien, soldado, muy bien, ya comienzas a sentir. Tus sentidos son buenos, amigo, pero ¿Puede el cerebro del ogro seguir el ritmo?
La mujer se colocó detrás del árbol, deslizando su mano sobre el árbol hasta que sólo la punta de sus dedos era visible. Xavier se movió hacia delante y a la derecha para ver a dónde se estaba yendo. Lo que en un principio había sido la punta de sus dedos eran ahora protuberancias partes del mismo árbol. Ella estaba jugando con su mente, con sus sentidos, pero ¿Qué era ella? ¿Qué demonios era un Guía?
De pronto, un palo salió de entre las ramas del árbol moviéndose hacia la cara de Xavier. Xavier la bloqueó en el último segundo.
“Zut” —exclamó Xavier.
Entonces, de un momento a otro, tuvo una revelación. La bruja era un espejo que cegaba sus sentidos con un reflejo de su propio ser espiritual. Debía de ignorar sus sentidos e instintos ya que, ahí, no podría confiar en ninguno.
Xavier recordó su entrenamiento y cerró los ojos, tomo al palo por el punto más alto y tiró de él, haciendo que la mujer cayera del árbol hacia el agua salpicándolo todo.
Xavier tanteó en el agua oscura y la tomo de su pierna, pero antes de que pudiera tirar de ella recordó a la enorme pitón blanca que había visto en el árbol antes ¿Era eso? ¿Era ella o ella había tirado la serpiente del árbol para engañarlo? De pronto, lo que estaba tomando ya no se sentía como una pierna era la pitón, estaba seguro ¿Dónde está la cabeza? Xavier instintivamente lanzó a la mujer lejos de él, hacia las cañas, y se dio cuenta de que lo había engañado de nuevo.
A pesar de la despreocupación de antes, la casi arrogante mirada que ella tenía ya no estaba. Xavier reconoció un brillo de miedo en sus ojos y, al darse cuenta, toda duda y confusión que antes tenía en su corazón desaparecieron completamente. Xavier corrió hacia ella mientras trataba de levantarse y salir del agua como pudiera hacia los árboles.
Cuando Xavier estuvo a punto de atraparla, comenzó a trepar por un extraño árbol de espinas del tamaño de una mano cubriéndolo, permitiéndole trepar tan rápido que Xavier no pudo seguirla. El árbol, sin embargo, tenía apenas entre diecisiete y dieciocho centímetros en diámetro, ningún reto para el Ogro Haitiano. Saltó y con una poderosa patada el orgulloso árbol se partió como si no fuese más que una caña. Al caer, Xavier se sostuvo de un fino árbol que le permitió estabilizarse de nuevo. Luego volvió a saltar en un felino y ágil movimiento, atrapando a la bruja en el aire y cayendo sobre ella.
Lanzó un pequeño cuchillo hacia él, pero Xavier tomó su muñeca entre sus dedos. Miró a su rostro y una enorme sonrisa se formó en su demacrada cara.
Prometedor, “mon petit sorcier”, realmente prometedor. Creo que podré ser capaz de convertirte en un agente pronto, soldado.
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