En mi planeta

 En mi mundo hay varias decenas de millones de habitantes, un chaguaramo y yo, en el chaguaramo vive una peculiar colonia de hormigas rojas africanas que de manera inexplicable aparecieron en mi planeta junto con el chaguaramo. Desde el otro lado de mi mundo se logra ver el chaguaramo, y un pequeño lago de 10 metros de ancho y 3 de profundidad. 

 No me pidan que explique como en mi planeta existe este pequeño ecosistema de Hormigas rojas africanas, un chaguaramo, un lago y yo.

Mi planeta mide 173 Km y conozco todas sus colinas, depresiones, rocas, relieves y por su puesto fauna y flora. Con sentido de experticia científica un dia trate de comer una mata del chaguaramo, su sabor un poco ácido y con una textura fibrosa casi me quita el hambre para siempre, despues trate de probar un poco de agua, del lago, que es cristalina y traslúcida, si miras al lago directamente podrás ver el fondo del mismo y un par de cositas que he ido dejando en ese lago, a veces por descuido y otras adrede.

 El agua era como el agua sabe, sin color, sin sabor y por alguna razón desconocida refrescante, aunque no es bueno tomar mucha agua de ese lago, aunque de cuando en vez o de vez en cuando me da cierta sed y resequedad en mi garganta y aquel lago me invita a beber de sus aguas, perdiéndome en aquel mar de sabores sinsabores y de apariencia traslúcida.

 Con mi experticia científica trate de probar el chaguaramos aderezado con las hormigas rojas africanas, cabe destacar que estaban vivas, ya que no consegui manera de matarlas mas que con el jugo gástrico una vez engullidas; las hormigas se me tornaron algo picantes en todo el camino, puede ser porque estaban vivas o su sangre y veneno son picantes, anudado al sabor ácido y fibroso del chaguaramos tuve contra mi voluntad tomar de aquellas aguas sin sabor y traslúcidas.  

Mientras no me encuentro experimentando sabores de las cosas que habitan en mi planeta, como las piedras, la hierba, el aire, suelo caminar, caminar y caminar  a través de mi planeta, pese a que no tenga nadie con quien hablar me entretengo bastante bien, a veces cosas nuevas aparecen, me doy cuenta de una grieta que no estaba allí, o de una roca que parece haberse movido de sitio, a veces me parece que el lago crece y al chaguaramo le ha salido una nueva hoja o ha crecido par de centímetros. 

Otras veces solo me siento en una piedra con forma de silla bastante incómoda aunque con el tiempo se vuelve agradable, a contemplar al Chaguaramo y ver como las hormigas rojas africanas suben y bajan por el, cómo llevan 5 veces su peso o como se hunden en la tierra junto con su carga, imagino toda clases de tertulias, bares y mercados en esa colonia, aunque hasta ahora no encontrar la forma de entrar y tampoco creo que mi visita por esas tierras sea bastante agradable y más después de haberlas usado de aderezo picante para mi comida ocasional. 

En mi planeta no padezco de la sed ni el hambre, ni el frío, ni el calor, no hay esa clase de sensaciones aunque las conozco, pero  no las conozco de mi planeta si no de otros al que de cuando en vez o de vez en cuando visito, aunque siempre vuelvo a mi mundo a contemplar las piedras, las grietas, el chaguaramo, el lago y las hormigas rojas africanas. 

Hace un tiempo en mi mundo había otro habitante, una guacamaya colorida muy habladora, sus colores no eran extravagantes, era una guacamaya bastante sencilla y su plumaje era azul y rojo. Recuerdo que cuando la conocí iba caminando en mi mundo y de repente la pise, era extraño ver una guacamaya en el piso, y como estaba acostumbrado a estar solo en mi mundo y que las rocas no les duele mis pisadas, no la vi. Muy mala primera impresión para la guacamaya, aun asi se quedo.

Con el tiempo su compañía se volvió costumbre, y sus colores ya no eran los mismos, algunas plumas se tornan anaranjadas con el tiempo. Al principio hablamos y hablamos todo el dia, con el tiempo aprendimos a comunicarnos con la mirada y los gestos, ella me dejaba plumas en mi mundo y yo le regalaba unas piedras brillantes que caminando en mi mundo encontré, fue un tiempo de descubrimientos y exploración en mi mundo, que era habitado por una guacamaya a la que le gustaba dejarme plumas y otras veces me traía flores.  

 Un dia la guacamaya comenzó a cambiar de color, o mejor dicho a opacar sus colores, algo no estaba bien, y así como empezó a cambiar de color igualmente dejaba sus mejores plumas en mi mundo para que yo mientras explore, las encontrara y sonriera. Con el tiempo la guacamaya se fue, algunas plumas opacas cayeron mientras abria sus alas y volaba, tambien cayeron algunas plumas azules, rojas y anaranjadas intensas. 

 Por mucho tiempo me senté en mi piedra a contemplar las plumas dudoso si podía tirarlas al lago, dudoso si aquel chaguaramo tendría alguna compañía mejor que la mía,  dudoso si alguna vez volvería a ver a la guacamaya colorida otra vez. 

 Aun conservo las plumas y todo lo que me dio la guacamaya, he comenzado a hablar con las hormigas para que sus antenas la busquen, no se si encontraré nuevos colores en aquella guacamaya, pero nada pierdo con buscarla. 

Imágenes tomadas de  https://pixabay.com

Inspirado en "El principito"