Jaja te pasaste Maastro, me dio mucho dolor la historia pero también me partió de risa algunas veces. Vaya que fue un día desafortunado, todo un capítulo de trajinovela que para gusto de nosotros, tus lectores, te animaste a escribir.
Pinches días grises preprimaverales europeos, para un caribeño como yo, esto también es una cárcel, se llega a extrañar el sol, las quemaduras y hasta los mosquitos, este permanente gris es duro.
Espero esté bien tu pierna, abrazos.