U, otras situaciones que he vivido… cuando una persona se accidenta y en vez de ayudarlo están viendo que le pueden robar, o cuando llegan pidiendo a la puerta de tú casa y la cierran en las narices, cuando ven cualquier oportunidad para joderte la vida, cuando hablan mal, cuando están pendiente de que falles para alegrarse, cuando no les importa vender en sobreprecio, o cuando... son tantas cosas.

Son tantas cosas que la gente hace mal sin importarles nada, son tantos valores que se han perdido, son tantas, pero tantas cosas que me asombran, que veo hoy en día se ha propagado tanto los malos sentimientos, que siento que el mundo se está pudriendo un poquito cada día… y es muy triste porque de verdad quiero creer que los buenos somos más.

Tú que me estás leyendo, ¿alguna vez has pensado que tus acciones influyen en tu día a día? en tu presente, en tu futuro… que tus acciones delatan quién eres, que tipo de persona eres, que ser bueno o malo no tiene que ver con ser rico o ser pobre. Porque muchas veces he escuchado a las personas decir “¿pero cómo lo ayudo si más bien yo estoy para que me ayuden”? Es allí cuando digo: “¿Y tú no te has dado cuenta que debes darle gracias a Dios por lo que tienes? y si puedes, debes tender la mano al prójimo, sin importar la cantidad sino la calidad que aplicas, ¡las cosas se dan de corazón no por obligación!”

La crisis económica que abarca en estos momentos al globo terráqueo en general ha influenciado negativamente los corazones de las personas. No puedo decir que a todas, pero sí a muchas; porque los que tienen poco ya no comparten, y los que tienen, quieren tener más, aprovechándose de la situación sin importar quienes son los que llevan la peor parte.