La Sesión de Fotos.

Me acerco y abro la puerta del coche, para que suba. Estuve a punto de bajarme y abrir la puerta estando de pie, pero no quise parecer muy ansioso, como realmente me sentía. Ella sube y me sonríe. “Estoy apenada, te hice esperar, pero, era importante terminar de revisar estas cuentas”. A lo que replico: “No te preocupes, lo importante es que ya nos encontramos y podemos cumplir con lo acordado”.

Continuamos hablando de cosas intrascendentes hasta llegar al estudio, estacioné el coche y subimos los dos pisos por la escalera, le permitía adelantarse para poder admirar esas caderas y ese hermoso trasero, que quita el aliento.

Entramos, le ofrezco una cerveza y seguimos conversando animadamente, trato de ser encantador. Tomo la cámara y comienzo a fotografiarla, le pido que continuemos hablando, para que todo sea de lo más natural.

Al rato, le pido se cambie de ropa, detrás del paraban, para colocarse algo más ligero. Hay una blusa azul algo transparente que combina perfecto con los jeans ceñidos que tiene puestos. Le pido diferentes poses en las sillas, en el sofá y disfruto cada foto, su imagen llena cada uno de mis sentidos, me invade una sensación de atemporalidad, estoy flotando.

Le sugiero quitarse el sujetador, a lo que me mira acuciosa y ofrece un poco de resistencia. . . pero accede y continuamos concentrándonos en poses, fotos y yo en sus pezones. ¡Qué maravilla!

Ahora ella me pide otra cerveza y la complazco, le pido que gire, coloco diferentes iluminaciones y disfruto de ese espectáculo, con la cámara fija tomo fotos de frente, mientras camino a su alrededor con la cámara de mano, tomando todos sus ángulos.

Le requiero cambiarse de nuevo y se coloque lencería fina que está preparada. . . una vez más me mira con desaprobación y me dice que eso la hace sentir incómoda. . . guardo silencio. . . ella va detrás del paraban y se cambia de nuevo.

Al mostrarse, mi corazón late aceleradamente, ante la vista de ese espectáculo de mujer en ropa íntima, una vez más respiro profundo y sin hablar me concentro en poses y fotos, noto que ella no me quita la mirada de encima y me pregunto qué cambió en su mente. ¿Será que trama algo? Inevitablemente comienzo a tener una erección, que ya cuesta disimular, su mirada ahora penetrante no me pierde un segundo, esto me ocasiona mayor excitación y hace más notorio un bulto . . . que sigue creciendo.

Hace más de una hora que se inició la sesión de fotos, me pide una tercera cerveza y le requiero que se quite el sujetador, con una mirada seductora y un movimiento casi imperceptible el sujetador cae al piso, ya no puedo disimular la erección y debo “acomodar” el miembro, aún dentro del pantalón.

Continuo tomando fotos, mientras intento detener las ganas de acariciar sus pezones y esos senos de ensueño exhibidos ante mis ojos. . . ahora no hay palabras, sólo miradas. . .

Ahora le pido que tape con ambas manos sus senos para que las fotos sean sensuales, sin ser pornográficas y me acerco para indicarle cómo debe colocar sus manos y en esa acción mis dedos rozaron su seno. . . sus ojos no me pierden de vista. . . mis manos tiemblan. . . apenas un roce y siento haber alcanzado el cielo.