Twisted Jester y su historia.

Ser bufón en una corte podría parecer una buena idea cuando los asuntos políticos te motivan a hablar, a expresar tus sentimientos y tu manera de pensar, en la época en la que existí, el poder hablar frente a los reyes y decirles las cosas que nadie más se atrevía parecía el mejor empleo del reino, tener la oportunidad de hacer burla y en ocasiones también la osadía de ofrecer consejo a los oídos de la burguesía, muchos lo envidiaban y desearían poder hacerlo.

Mi trabajo era hacer burla sátira de cuanto tema se hablara, sobre el Rey o sus invitados, pero lo que nadie sabe es que en ocasiones si al Rey no le parecía simplemente decidía terminar con tu vida, o expulsarte del reino para siempre, desterrado en la miseria eternamente.

Termina importándote poco el perder la vida, el miedo te consume lentamente desde tu interior hasta que tus sentidos están tan cauterizados que ya no sientes nada; la risa fingida no es placer, mucho menos liberadora, se vuelve agotador y las ideas poco a poco se van terminando hasta que no queda nada, y sencillamente te retiran de tu puesto por alguien más joven, más intrépido, más atrevido o que le importa todavía menos que a ti el perder la vida.

Mi odio a la aristocracia surgió en el siglo XV cuando estando en la corte del Rey y tratando de ser más audaz la broma no le gusto a “su Majestad” mandó a ejecutar a mi esposa y mis dos hijos en público como castigo; ¡Eran lo único que me quedaba y daba sentido a mi existir! y él decidió que era “apropiado” hacerme sufrir para recordarme mi lugar.

Recuerdo las pequeñas cabezas de mis hijos rodando hasta mis pies, después de que la guillotina hizo su trabajo; mi esposa alcanzó a verlo con sus ojos derramando lágrimas y gritando histérica suplicando por “piedad” que nunca llegó.

Me desterraron del reino; arrojado al bosque salvaje lleno de lobos, osos y todo animal furioso que podía existir dispuesto a termina con mi vida, pasé días ocultándome, hasta que la falta de agua y de alimento comenzó a hacer estragos en mi ser, caí rendido de rodillas para terminar de espalda al suelo esperando la muerte, pero no fue la muerte quien llegó, fue un sujeto llamado Zintar Mortalis quien me hizo una oferta que no pude resistir...