Concurso Cervantes: 3ª Entrega: Cinalli

Ricardo Cinalli, imaginación y un lienzo blanco.

Se escucha un instrumento de teclado, a veces grotesco, otras veces afinado; perseverante, un psicólogo andante, que no dará atención a los enfermos, pues prefiere tocar piano, y dibujar murales en espacios grandes.
Ricardo Cinalli lo han nombrado, nació en Argentina, país de mate y churrasco, ahora tiene sede en Londres, donde dibuja cuerpos fantásticos y animales sin colores.
Algunos dicen que es neoclásico, tiene un estilo imaginario, ficción y realismo llaman la atención, de quienes lo admiran por su don.
Los muros están claros, alguien debe decorarlos, recuerda olores de Londres, Venecia, Argentina, y aunque en la inspiración no confía, las ideas deberían llegar solitas.
Rudo ha trabajado para mantener su mente tarareando, y crear dibujos para inmortalizar y a los escépticos encantar; el zumbido del moscardón tuerto, le podría ayudar a pintar, mientras un alfajor se va a merendar.
No alcanzo el papel para cubrir la gran pared, como de niño lo hizo en la ciudad de Santa Fe, así que tomó un lienzo y un atril viejo, con aceites de colores empezó a trazar humanos con cucarrones.
Un cuerpo compasivo se ve bien parecido, donde se aprecian algunos huesos y unos sesos palidecidos, una alucinación de espanto, que dejó con la boca abierta a los amigos que lo fueron visitando.
No tenemos raíces como las plantas, pensó una mañana, pero sin duda estamos entrelazados a la Pachamama, algunos negros escarabajos se notarán llamativos; en aquel momento los dibujo entre sesos en el lado derecho.
Insectos polinizadores de cerebros, si alcanzan a caminar llegarán hasta el pecho, para llenar el cuerpo de ideas, donde el pensamiento sea mágico y enigmático. Las larvas poco agradan, a ellas las salvaguarda la reina mamá, porque la metamorfosis dará una nueva colonia, que llene de colores las auroras.
La mirada penetrante, con misterios flotantes, que aterriza en un verde, oliváceo y perenne. Esta casi completa la obra, solo le falta adornarlo con sombras, y una nariguera de plata, que de luz a los blancos y grises que ella embarga.
La mira de frente, sonríe como mamífero ardiente, éxtasis genera su lienzo consumado. Han pasado algunos años, el 2009 es recordado, una temporada de bastidores y murales, que dejó a “Ready-made boy” en un lienzo plasmado.

Este texto es ficticio, basado en algunos datos del escritor e imaginación de quien escribe.

Créditos texto y dibujo: Margarita Palomino

Este mágico concurso es patrocinado por el witness @cervantes.
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